Día 97: Tía Pikachú es agredida por ultrones y convencionales fondean sus derechos de agua
Giovanna Grandón recibió una andanada de insultos y escupitajos en Plaza Dignidad. Pillaron a convencionales de derecha Harry Jurgensen y Martín Arrau sin declarar todos sus derechos de aguas.
Giovanna Grandón, más conocida como Tía Pikachú, tuvo la ocurrencia de ir a manifestar su apoyo a las movilizaciones de rechazo a Sebastián Piñera Echeñique, el especulador de bolsa convertido en Presidente, quien hoy se encuentra con la pera porque la Fiscalía abrió una investigación criminal por eventual cohecho, delito tributario y soborno a raíz de la venta de su participación accionaria en Dominga, operación llevada a cabo en las Islas Vírgenes Británicas. A eso se suma la acusación constitucional que levantará la Camara de Diputados la próxima semana.
Como toda persona comprometida de verdad con un Chile post-neoliberal, la convencional de Pueblo Constituyente llegó a la Plaza Dignidad con la idea de sumarse a una manifestación que, hasta ese momento, era de lo más colorida y pacífica. Aquí nos ponemos como Carlos Pinto en Mea Culpa: “nada haría presagiar” que le saldrían al paso unos ultrones ansiosos de ver las fonolas ardiendo, quienes “dieron rienda suelta” a los insultos, los escupitajos, las amenazas y las patadas maleteras.
El grupito de totalitarios, consumados exponentes de la cultura de la cancelación, le enrostraban “las personas que murieron” (¿?), las que se fueron presas en el estallido (¿?), los detenidos de allá, los torturados de acá... ¿Tendría culpa Tía Pikachú de todo aquello? Le atribuían la responsabilidad en cualquier cosa absurda, un sinsentido que bien ayudó a los funadores a expresar y canalizar las frustraciones personales que todos ellos cargan sobre sus hombros.
La condena fue mayoritaria hacia esta muestra de irracionalidad total. Pero bueh… este es el costo de formar a una horda de personas fanatizadas en el victimismo y el totalitarismo extremo; muchas de ellas son víctimas de este pernicioso proceso en esas mismas universidades donde muchos se dicen amantes de la diversidad, pero son incapaces de lidiar con la diversidad más importante de todas: la diversidad de las ideas. “O debes pensar igual que yo o te aniquilo”, parece ser la consigna. Y así estamos como estamos.
Dos convencionales esconden derechos de aguas
Martín Arrau y Harry Jurgensen tienen que explicarle a ciudadanos y ciudadanas de Chile cómo es que omitieron un detalle no menor en su declaración de patrimonio e intereses: que ambos son, según el medio independiente Tomate Rojo, dueños de derechos de aguas, y ambos, seguramente, han de estar inhabilitados de meter la cuchara cuando se hable del derecho al acceso al vital elemento que fue privatizado en dictadura.
Jurgensen es el principal propietario (91%) de la firma ganadera Agrícola Chifín Ltda., empresa que figura con tres derechos de aguas aprobados, uno de ellos por 11 litros de agua por segundo, de forma permanente y continua; otro de 20 litros por segundo, eventual y continuo; y otro por 4 litros por segundo, consuntivo y subterráneo.
Arrau, en tanto, posee cuatro derechos de agua con su empresa Picton Explotación Agrícola Ltda., de la que es dueño en un 50%. El primero por 90 litros por segundo, permanente y continuo; el segundo, por 30 litros por segundo, también continuo y permanente; otro por 25 litros por segundo, también continuo y permanente; y otro por 25 litros por segundo, también continuo y permanente. Todos ellos están asignados en distintas cuencas y ríos del país. O sea, 170 litros por segundo, lo que equivaldría, según cálculos de El Mostrador, a 14.688.000 litros de aguas al día. O dicho de otra manera: en un día consume el agua que consumen lo que 425 personas en un mes.
Arrau sostuvo que ha “declarado todo según las normas que establece la ley, los bienes y derechos que están a mi nombre han sido declarados, adecuadamente así como mi participación en diferentes sociedades”.
Jurgensen, quien fue intendente de la Región de Los Lagos, se sacó los pillos diciendo que los derechos de aguas no eran de él sino de una sociedad familiar, “que capta aguas de pozos profundos financiados por la misma sociedad, sin subsidios estatales de ninguna naturaleza y conforme a la ley”. Asimismo aclaró que los derechos eran eventuales y que ya no usa esos 20 litros por segundo porque eran usados en una plantación de manzanos de 15 hectáreas que ya clausuró.
Eso es todo por hoy. Un día cortito. Ahora nos vamos a descansar y nos vemos el martes.