Día 90: Pleno vota indicación que cambia todo el reglamento de Participación y Consulta Indígena
Hoy se discutirían las indicaciones a ese reglamento, pero la primera indicación, articulada desde los escaños reservados, proponía cambiarlo por una propuesta alternativa. La derecha acusó "cocina".
La Comisión de Participación y Consulta Indígena presentó una propuesta reglamentaria, pero a los representantes de las primeras naciones presentes en la Convención no les gustó del todo. Y punto.
En conformidad a esta disconformidad, democráticamente articularon apoyos y buscaron los patrocinios para presentar una indicación que proponía echar abajo toda esa propuesta de reglamento (“echar abajo” es una exageración) y escribir una que más bien reordenaba el texto sugerido, ajustándose mejor a los estándares internacionales de los derechos humanos de los pueblos indígenas.
Esta indicación encontró 80 patrocinios para ser presentada y, una vez sometida a votación, fue aprobada con 103 votos a favor, 20 en contra y 22 abstenciones. Es decir, por los exactos 2/3 de los votos se le dio la posibilidad a representantes de pueblos originarios a presentar un reglamento nuevo.
¿Qué motiva las quejas de la derecha respecto de esta decisión soberana de la Convención? En realidad, y para ser justos, la derecha cree que el texto nuevo tampoco es un borrón y cuenta nueva de lo que había presentado la Comisión transitoria de Participación y Consulta Indígena. Al revés: existe conciencia en la derecha de que la propuesta nueva es mejor y más completa (qué mejor si deja más satisfechos a los convencionales que provienen de las primera naciones), pero están profundamente en contra de la forma en que se procedió.
Básicamente, entre algunos convencionales de Vamos por Chile -que integraron esa comisión- creen que trabajaron por las puras y, es más, que resulta impresentable que nadie les haya dicho que la primera indicación era cambiar el reglamento completo. Se quejaron amargamente de que esperaron a que llegara el día de la votación para salir con esta “sorpresa”, en circunstancias de que bien pudieron hacerlo antes.
Y para peor: según el convencional Eduardo Cretton, de la UDI, quien integró la Comisión de Participación y Consulta Indígena, ni siquiera invitaron a personas de su sector a conversar de este tema. “Dígannos si quieren que estemos aquí o no. Al parecer gran parte de la Constitución ya la tienen escrita, si no preguntémosle al señor (Fernando) Atria”, señaló el convencional.
“Efectivamente el resultado es mejor”, sostuvo Cretton respecto de la calidad de la propuesta presentada por los escaños reservados. “Es más un tema de procedimientos, es la forma. Pudimos haber visto esto artículo por artículo. No había ningún problema, pero no con una indicación que tira a la basura todo el trabajo realizado, 69 audiencias…”
En suma, en la derecha acusaron que aquí operó la siempre célebre y nunca bien ponderada “cocina”. La palabra fue usada por el mismo Cretton.
Angélica Tepper reconoció que algunos de los convencionales que participaron en la Comisión de Participación y Consulta Indígena se sentían “defraudados”. Y agregó: “Tenemos que actuar de buena fe, como lo hicimos en la comisión de Participación y Consulta Indígena. Este trabajo en general se basa en el respeto, la confianza y en escucharnos. Hoy a un sector no se le está escuchando. Por el bien de todos, avancemos en estos tres principios: respeto, confianza y escucharnos”.
Bernardo Fontaine, independiente de derecha, coincidió en que el texto nuevo era mejor, pero expresó su preocupación por el precedente que instala. En esa línea afirmó que “el problema es que 103 constituyentes podrían presentar una Constitución entera y que esta se apruebe en un solo acto”.
Aquí no hay cocina, sólo democracia
Esa es más o menos la consigna entre todos quienes, siendo mayoría más que absoluta, se declararon favorables a aprobar la indicación.
¿Hubo cocina? La presidenta de la Convención, Elisa Loncón, ella misma integrante del pueblo mapuche, respondió que, en efecto, “cuando los convencionales del otro sector dicen que nunca antes había ocurrido algo así, es verdad: nunca antes en Chile había ocurrido que las naciones originarias definan un reglamento de participación, y eso hay que celebrarlo”.
“Desde los pueblos originarios no hay ninguna intención de dañar el trabajo de la Convención. Hay una lógica distinta de cómo establecer acuerdos y creo que eso primó en la indicación”, afirmó, sin antes agregar que “no hay una intención de cocina”.
“El mayor orgullo era que teníamos una indicación aprobada transversalmente”, añadió.
El que no dejó pasar la oportunidad de responder a las acusaciones de “cocinar acuerdos de espaldas a un sector de convencionales” fue el propio Fernando Atria, aludido directamente por Eduardo Cretton.
No todo el trabajo realizado en torno a la propuesta de reglamento ya descartado fue en vano. De hecho, todas las indicaciones realizadas a la propuesta anterior, y que sean compatibles con el nuevo texto, serán votadas íntegramente.
Ya. No hay más. Vámonos a carretear ahora que no hay toque de queda. Cuídense porque el bicho todavía está vivito y coleando.