Día 9: Chile Vamos llora y expresa su nostalgia por los "consensos" de la Transición
Llevamos poco más de una semana y la derecha ya lamenta su total irrelevancia en la discusión constitucional. Lo peor es que ellos mismos se aíslan y hacen grupo aparte.
El lloriqueo de los convencionales de “Vamos por Chile” (o sea, Chile Vamos, o sea, la derecha) en los últimos días ha sido permanente. “Están pasando máquina”, dicen. ¿Quién “pasa máquina”, según ellos? Todos quienes ambicionan cambios estructurales para Chile, que suman, en definitiva, la inmensa mayoría.
Dicen que esperan consensos, acuerdos transversales que garanticen una estabilidad constitucional futura; dicen que hay que conversar, dialogar, eso hace la gente de buen corazón.
De hecho, dialogar, conversar y llegar a acuerdos fue exactamente lo que se hizo con la reforma tributaria de Bachelet. Pese al consenso, los mismos que hoy lloran intentaron echar abajo esa reforma tributaria apenas asumió este gobierno.
Los y las que lloran
¿Quién ha destacado por llorar en los últimos días? La Marcela. Se pasa el día picá-picá con este asunto.
¿Broma? No. Es verdad.
Los mismos que nada dijeron de una Constitución instaurada a capa y espada, esos que nada dijeron cuando tenían senadores designados y un sistema electoral que los sobrerrepresentaba; esos mismos (sí, esos mismos) hoy día critican a los convencionales que votan tal cual fueron mandatados por sus electores.
Para la derecha, la culpa no es de ellos por no haber juntado los votos necesarios para atrincherarse en el tercio. Es del resto, de los que sí hicieron los deberes.
Una cosa demencial a la que incluso se sumó Cristián Warnken -quien se desempeña en un medio de la Cámara Chilena de la Construcción- en una polémica columna publicada este fin de semana donde aseguraba que "esta Constitución no debe ser pensada para borrar el pasado".
Condenados al 70 - 30
“Lo que pasa es que la derecha no tiene capacidad de intervenir con su representación, y no logran sobreponerse a que sus ideas, así como están, van a terminar siempre perdiendo 70-30, o 75-25. O se transforma políticamente o será irrelevante. Pero ellos no quieren hacer cambios significativos. No quieren moverse de su sitio”, señaló el penalista Mauricio Salinas, integrante del Observatorio Cívico Constituyente, académico y vocero de la corporación Ciudadanía y Justicia.
¿Deberían los convencionales de izquierda votar alineados con la derecha para no hacerlos sentir tan solos? Porque una cosa -saludable, desde luego- es escuchar el punto de vista de otro, pero eso no necesariamente significa que tengamos que estar de acuerdo. Lo curioso en este caso es que, tal como informó el escritor y convencional Jorge Baradit, los convencionales de Chile Vamos se aíslan y hacen grupo aparte.
“El problema es que la derecha tiene una enorme confusión conceptual, y esto se debe a una historia reciente donde la confusión fue completa”, agregó Salinas, quien recordó que la derecha califica de “antidemocrático” todo aquello que no le favorece.
“Este proceso constituyente supone una transformación no ya respecto de lo que ocurrió en Chile en los últimos 30 años, sino lo que ha ocurrido a lo largo de toda la historia, ya que aquellos que han tenido el poder de pronto se ven sin poder alguno. Esto explica el tremendo impacto que produjo en personajes como (Teresa) Marinovic o (Marcela) Cubillos el hecho de ver a una mapuche como Elisa Loncón asumiendo la presidencia de la Convención”, agrega. “Todo esto ha sido durísimo para ese mundo que está acostumbrado a mandar e imponerse”, indicó.
“Y claro, ahora piden ‘consensos’ y ‘acuerdos’ porque quieren de vuelta los años de la Transición, cuando las fuerzas ‘progresistas’ renunciaron a sus programas de gobierno”, señaló. “He ahí el interés de ese mundo por tener sesiones secretas, porque ahí ven que se les abre esa posibilidad de maniobrar”, concluyó.
Hay que estar atenti al lupo
Ahí está la importancia del rol que deben jugar los medios de comunicación alternativos. El éxito del proceso se juega en la posibilidad de que el pueblo de Chile -o los movimientos y organizaciones sociales- pueda generar sus propias pautas informativas a efectos de ejercer un control de todo cuanto se discuta en la Convención, según afirmó la presidenta de Ukamau, Doris González, quien recordó que Chile debe aprender de las estafas políticas que ha sufrido su pueblo.
“Recordemos que la Concertación nos despolitizó diciendo que ellos eran los técnicos, los que sabían, que nosotros nos fuéramos tranquilos para la casa porque ellos quedarían a cargo. Y ya sabemos lo que pasó”, puntualizó la dirigente de Ukamau.
Y agregó: “Hoy la desafección y la desconfianza es total. Necesitamos que ciudadanos y ciudadanas estemos fiscalizando en todo momento lo que se conversa ahí adentro. El pueblo debe organizarse para participar. El pueblo debe fiscalizar, y no delegar su destino en lo que puedan hacer los constituyentes”.
Por cierto: todos los ciudadanos y ciudadanas tenemos, señaló Doris González, la obligación de organizarnos para ejercer del debido control sobre la Convención. “Los movimientos sociales fuimos parte de esto y corrimos el cerco. Este proceso surgió gracias a nosotros y nosotras, quienes salimos a la calle, no fue producto de un acuerdo político. Debemos estar atentos porque no queremos que la Convención se institucionalice y se convierta en otro Congreso”, concluyó.