Día 89: Pleno de la Convención aprueba sancionar el "negacionismo" y la desinformación
Día intenso debido a una discusión que no se agotó con la aprobación de esta figura. En la derecha creen que es una manera de clausurar un debate. No todos en el progresismo estuvieron de acuerdo.
El pleno de la Convención Constituyente aprobó uno de los artículos más controversiales de todos los que integran el reglamento. Se trata del artículo 23 del Reglamento de Ética, ese que establece como figura proclive a sanción un concepto jabonoso, complejo, elástico, a ratos contraproducente: el “negacionismo”.
¿Es malo sancionar a quienes incurran en, tal y como quedó establecido en el reglamento, “toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, y las violaciones a los derechos humanos ocurridas en el contexto del estallido social de octubre de 2019 y con posterioridad a éste”?
No. No es malo, aunque ya es más discutible los límites que ha de tener. El problema es que (y esto se ha visto en muchas partes) el uso abusivo de esta figura termina socavando precisamente aquello que quería cautelar (en este caso una verdad históricamente refrendada por la evidencia), al punto que luego se le critica su propensión a ser utilizada políticamente para anular o inhibir el debate, lo que va minando la credibilidad de los hechos narrados con el paso del tiempo.
En Alemania, pese a la existencia de leyes draconianas al respecto, se ha visto un florecimiento de ideas negacionistas, delirantes y fantasiosas, lo que es propio de la era posmoderna donde cada cual puede inventarse lo que quiera en la medida que esa creencia le ayude a lidiar con una realidad que juzga hostil.
El caso es que se impuso por 80 votos a favor, 59 en contra y 11 abstenciones. Asimismo, el negacionismo se extenderá a “toda acción u omisión, que justifique, niegue o minimice, las atrocidades y el genocidio cultural de las que han sido víctimas los pueblos originarios y el pueblo tribal afrodescendiente a través de la historia, durante la colonización europea y a partir de la constitución del Estado de Chile”.
Para los críticos del negacionismo, se abre un espacio muy discrecional para la censura en un ejercicio deliberativo en forma. Cosa que preocupa a quienes se desempeñan en el ámbito de la comunicación y el periodismo.
Reacciones a la aprobación del “negacionismo”
El debate en torno a este artículo empezó hace mucho, siguió en el transcurso de la jornada y siguió después de ser aprobado. Hay muchos que se preguntan: ¿qué significa la “omisión”? ¿No decir nada? ¿Decir poco? ¿No ser lo suficientemente vehemente en rechazar una acción negacionista? ¿Cómo definir ese límite? ¿Y si alguien niega algo por ignorancia simplemente? Asimismo: ¿qué significa “minimizar”? ¿Hay datos objetivos que puedan servir para fijar límites que establezcan una justa dimensión del tema a discutir? ¿Cómo demostrarle a un convencional que niega la existencia de presos políticos a raíz del estallido social que se equivoca?
Hay quienes dicen que el negacionismo se ha exacerbado en los tiempos de la cultura de la cancelación (y la amplificación de las redes sociales), algo propio de quienes, a falta de argumentos mejores, prefieren cerrar cualquier debate que enjuicie o desafíe la “verdad oficial”. Habrá que ver. La mayoría, como es lógico, expresó su satisfacción por la aprobación de este artículo:
Desde luego, en la derecha, al menos en la más cavernaria, el rechazo a este artículo fue tajante. Tere Marinovic, por ejemplo, sostuvo que “se ha consumado el primer paso hacia la dictadura del pensamiento y de la libertad de expresión. Hoy violan nuestras garantías como constitucionales, mañana serán las de todos los chilenos”.
Arturito “Gato de Chalé” Zúñiga hizo un esfuerzo sobrehumano en agarrar el teléfono y tuitear los siguiente:
Donde sí hubo más convergencias es en lo que respecta a la “desinformación”, algo realmente tóxico en la era de las redes sociales, donde se miente deliberada y descaradamente con tal de afectar al adversario, sin reparar en el inmenso daño que estas acciones generan para el tejido social de una comunidad.
Y con esto cerramos esta noche y nos vamos a celebrar el fin del toque de queda tras 18 meses. ¡Nos vemos mañana!