Día 68: Pleno suspende sesión por quórum de 2/3 y Rojas Vade publica comunicado
Sectores se molestaron porque la mesa directiva aplicó quórum a propuestas reglamentarias de las comisiones. Otros justificaron el quórum porque ciertas comisiones entraron en temas de fondo.
Los 2/3 vuelven a desordenar el gallinero al punto que por primera vez debió suspenderse el pleno a causa de un desacuerdo… ¡Qué! ¿No se suponía que ese asunto del quórum había quedado zanjado?
No pues: resulta que ahora la mesa ampliada (o mejor dicho, el vicepresidente Jaime Bassa, acusan algunos) quiso aplicar el quórum a la votación sobre normas reglamentarias propuestas por las comisiones.
En eso estaba el pleno este jueves: discutiendo los reglamentos de funcionamiento de la Convención, sobre la votación de normas constitucionales, el reglamento de la Comisión de Ética y el de la Comisión de Participación y Consulta Indígena. Y en la discusión sobre participación y consulta indígena vino el problema.
Iremos por partes, como dijo el cirujano. El caso es que el vicepresidente Jaime Bassa se aburrió con las interrupciones y ese estilo barra brava de los grupos más “entusiastas” y “ansiosos” con las transformaciones que requiere Chile, y que se quejaban de la aplicación del ya famoso quórum:
Momento tenso, tenso momento…
¿Por qué? Convencionales del Partido Comunista, escaños reservados, convencionales indígenas y otros situados en el extremo izquierdo de la Convención, reclamaban que el quórum de 2/3 debe ser aplicado a la discusión de fondo sobre normas constitucionales y sobre las reglas de votación, tal y como lo establece el artículo 133 de la actual Constitución, pero que en ningún caso se puede aplicar ese quórum supramayoritario sobre las normas que hayan emanado, por ejemplo, de las comisiones, en este caso, la comisión de Participación y Consulta Indígena.
La convencional del PC Bárbara Sepúlveda expresó su crítica sobre la interpretación que hizo el secretario a instancias de la mesa, cosa que tampoco estaría muy clara, según Sepúlveda, ya que “esa decisión se tomó sin la aquiescencia de todas las demás vicepresidencias, pues también sabemos que son nueve y eso no se habría discutido ni votado”.
A este grupo le molestó que la decisión de aplicar el quórum se diera a conocer a través de un e-mail a última hora del miércoles.
Otros, en tanto, expresaron su desacuerdo con la lectura que hacían los disconformes con el quórum de 2/3, quórum que, dicen ellos, se exige para todas las votaciones de normas emanadas de las comisiones que, ya sea por mera confusión o desvarío, se apartaron del tema reglamentario y entraron a la discusión de fondo.
La convencional de derecha Ruth Hurtado señalaba que "todos sabíamos las reglas antes de llegar acá y usar como justificación al pueblo de manera permanente no me parece". Roberto Vega, también de derecha, sugirió una fórmula para evitar diferencias de interpretación: "Pidamos la interpretación a un tercero y ese tercero está, a menos de media cuadra, a la espalda de nosotros". Se refería a la Corte Suprema.
Christian Viera, en tanto, un hombre de izquierda, se quejaba amargamente de este maximalismo que a ratos emerge en la Convención, y que entrampa de forma gratuita el avance de la discusión. Incluso apuntó al “revanchismo” como inspiración de este extraño empecinamiento.
Luego de un receso en que se conversaron todas las cosas con franqueza, la Convención finalmente llegó a un acuerdo salomónico:
Lo interesante, en el punto 3, es que se va a “permitir que a lo menos 30 convencionales constituyentes presenten por escrito ante la Secretaría de la Convención, hasta las 18:00 horas del viernes 10 de septiembre, las normas que sean consideradas como de quórum especial de 2/3, individualizándolas de manera precisa”.
Asimismo, se facultará a la mesa a “elaborar un documento consolidado que contenga la totalidad de las normas presentadas en la Secretaría, sin que pueda excluir ninguna”. La mesa, en tanto, deberá “enviar a la totalidad de convencionales constituyentes el texto consolidado de las normas de quórum especial, lo que deberá realizar a más tardar el día domingo 12 de septiembre”.
Es decir, conversando se entiende la gente. Por eso hace tanto sentido un tuit de la periodista Francisca Skoknic, una de las fundadoras de LaBot:
¿Qué pasa aquí? ¿Qué explica este entrampamiento con los 2/3? Un convencional consultado por La Cocina adelanta una interpretación que bien puede ser compartida por muchos que siguen el proceso:
“Me da la impresión de que hay varias personas que no entienden o no quieren entender que vamos a escribir una Constitución sobre una hoja en blanco. A ratos veo una lucha política que enfrenta a los convencionales que creen ser representantes genuinos del sentir popular frente al poder constituido, es decir, están enfrentados con los partidos, la institucionalidad, y quieren ocupar este espacio para dar esa batalla. Eso me parece un profundo error”.
El problema de haber adelantado temas de fondo
Lo decíamos anteriormente: hay muchas críticas al trabajo técnico de algunas comisiones que, según algunos, adelantaron materias que son más propias de un texto constitucional que de un reglamento.
He ahí que aparezcan cuestionamientos respecto a ciertas propuestas hechas, por ejemplo, en materia indígena, donde se propone una comisión permanente de pueblos originarios cuyos acuerdos serán vinculantes. Es decir, lo que de ahí salga será ley, forzando a todos los demás convencionales a hacer ajustes en sus propuestas, determinando incluso el curso de la discusión constituyente.
Otro ejemplo es lo que pasa con la Comisión de Derechos, de Verdad Histórica y Bases para la Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición, que en esta fase de la discusión sobre el reglamento se adelantó y zanjó la disolución de Carabineros. Más allá de lo ampuloso del nombre y lo pretencioso de su margen de acción, las críticas a la factura técnica de ese trabajo son abundantes. La más fuerte llegó desde un grupo de académicos constitucionalistas en Ciper:
Habló Rojas Vade… pero a través de un comunicado
Fue al cierre de esta edición. Se supo que había “tirado licencia”, pero después vino el comunicado donde no dice mucho.
“No soy delincuente, soy alguien que se equivocó”, declaró. Ofreció disculpas a los que padecen cáncer, a los que organizan bingos y rifas para solventar los gastos de tan costosa enfermedad.
Encima señaló que dará la cara en tribunales, que revelará la enfermedad estigmatizante que sufre, que la plata recaudada en actos solidarios la gastó efectivamente en su enfermedad y que no renunciará a la Convención Constitucional, o al menos dio a entender eso ya que no habló de dimisiones, sino más bien de aceptar las sanciones que establece el reglamento provisorio de la Convención.
Ya. Eso sería todo por hoy. ¡Hasta mañana!