Día 65: Convención remite antecedentes de Rojas Vade a la Fiscalía ante eventual delito de perjurio
El escándalo más grave de la Convención Constitucional vino por donde nadie lo imaginaba: uno de los rostros más emblemáticos de La Lista del Pueblo llegó a su nuevo cargo en base a un engaño colosal.
Decir que fue un “mazazo” es poco. “Demoledor” y “devastador” son adjetivos que se nos antojan un poco suaves para referirnos al tremendo terremoto que causó, en Chile y la Convención Constituyente, la noticia destapada por La Tercera en torno a Rodrigo Rojas Vade, el “Pelao Vade”, quien confirmó que nunca padeció cáncer, y que se inventó tal cosa para ocultar una enfermedad de base que estigmatiza a quienes la padecen (¿VIH? ¿SIDA? Nunca aclaró).
Es decir, toda su acción política realizada en el marco del estallido social, representando a las personas que sufren la inexistencia de un sistema de salud público y universal de calidad, se sostenía sobre una mentira gigante que, una vez expuesta, ha defraudado a la fe pública y las esperanzas de esos miles de electores de buena voluntad que votaron por él y que, además, le donaron recursos. La dimensión del escándalo es tal que incluso cobró notoriedad internacional.
¿Con qué autoridad podría trabajar en la Convención quien ha cometido semejante falta ética? ¿En qué medida esta revelación significa darle forraje a los espíritus más cavernarios que quieren que todo siga igual en Chile? Cuesta ver de qué manera podría seguir Rojas Vade después de este escándalo. Mientras tanto, la directiva, a la que dejó de pertenecer el convencional, remitió los antecedentes a la Fiscalía para que determine la existencia de ilícitos. Esta es la acción más decidida y potente llevada a cabo por la Mesa a efectos de cautelar el prestigio y la legitimidad de la Convención.
El mismo Jaime Bassa decía, a primera hora, que lo más importante es cuidar la Convención. En tal sentido, lo primero es que se descartó una defensa colegiada de un integrante que, eventualmente, cometió un delito, como bien podría ser el perjurio toda vez que mintió sobre su declaración de intereses, donde dijo tener una deuda de 27 millones…
…y la deuda -dice clarito abajo- es a causa del cáncer que no sufre.
“Las personas pasan, las instituciones quedan”, sostenía Jaime Bassa. Una forma figurada y categórica para decir que es preferible mirar hacia el objetivo final (o sea, la nueva Constitución) antes que la paz o el sosiego que, a esta hora, debe estar precisando el convencional de marras.
No obstante, en el colectivo Pueblo Constituyente, hoy integrado por quienes se escindieron de la Lista del Pueblo, entre ellos Rojas Vade, salieron voces apoyando al cuestionado convencional.
Tal es el caso de Alejandra Sepúlveda, quien agradecía a su compañero por el hecho de haber visibilizado los problemas que genera un sistema de salud sometido a las leyes del mercado:
Pedro Muñoz Leiva, uno de los vicepresidentes de la Convención, integrante del “Colectivo Socialista”, aseguró que “aquí no se trata de lo que creamos o no. Tenemos que actuar con toda la responsabilidad que pesa sobre la Convención Constituyente y la Mesa Directiva. Estamos trabajando a toda máquina para dar soluciones institucionales”, señaló, comprometiendo una acción decidida contra cualquier conducta abusiva que afecte el prestigio del órgano.
Una renuncia que parece imposible
¿Puede renunciar el famoso “Pelao” Vade? Hay un vacío legal importante. Hay quienes dicen que eso es imposible aun cuando el convencional quisiera hacerlo. El artículo 60 de la Constitución Política versa claramente sobre la imposibilidad de que los legisladores renuncien a sus cargos a menos que sufran una enfermedad grave que les impida realizar sus labores, lo que ha de ser establecido -aquí viene lo complicado- por el Tribunal Constitucional, ese pozo séptico cuoteado por las coaliciones políticas que nos gobiernan hace 30 años.
Hay dos problemas con esto:
Por una parte hay quienes dudan que el convencional pueda ser controlado igual que un parlamentario.
Al mismo tiempo, el artículo 60 cuela por la ventana al Tribunal Constitucional, entidad que no tiene poder para involucrarse en nada que no le fuera expresamente conferido.
De hecho, la derecha se ha visto obligada a quejarse ante la Corte Suprema, que es el único tribunal llamado a controlar a la Convención Constitucional, según estableció la reforma constitucional que dio pie al proceso constituyente.
Pasándose de listos
En el mundo progresista la noticia cayó como una bomba. Muchos han expresado su rabia ante semejante desilusión provocada por este montaje político.
Es obvio que esta situación sería una golosina para personajes como La Tere Marinovic, quien colgó uno de sus ridículos videos en Youtube para expresar su repulsa hacia la cultura de la victimización que, a su juicio, impera en nuestros días.
En tanto, Ruggero Cozzi, convencional de Renovación Nacional, decía que quienes integran Pueblo Constituyente o lo que queda de La Lista del Pueblo, así como quienes han hecho alianzas con ellos, deberían ser más dialogantes. Es decir, los invita a hacer las cosas que quiere la derecha, tal y como se hizo en la Transición (que es como entiende la derecha el concepto “diálogo”).
Ya. Con esto terminamos. Malo el día. Chaíto nomás.