Día 54: La nueva Constitución será ecologista, feminista... ¡y además promoverá la ciencia!
Al fin los científicos fueron escuchados, y ello porque una de los suyos, la convencional Cristina Dorador, dio la pelea para crear la Comisión de Ciencia, Conocimiento, Tecnología y Cultura.
Cristina Dorador tiene un sueño.
Sueña con un Chile donde el desarrollo del pensamiento sea estimulado por el Estado como una política pública permanente.
Sueña con niños y niñas estudiando en escuelas públicas para desarrollar el espíritu crítico, así como la imaginación y la curiosidad que alimentan la búsqueda del conocimiento.
Sueña un país donde las personas adultas tomen decisiones individuales en torno a la razón, y si estas decisiones son colectivas, que sean en torno a la evidencia científica, aquello que es factualmente verificable y tangible en este tiempo y este espacio. Cosa extraordinaria en tiempos donde el juicio está bajo el asedio de la ignorancia neoliberal y la superchería posmodernista.
Cristina Dorador sueña con un Chile que ha dejado de destruir la naturaleza. Al revés: el Chile que ella imagina es uno donde el conocimiento desarrollado sirva para ofrecer soluciones nuevas, para conservar y recuperar los ecosistemas.
Cristina Dorador, muy en el fondo, sueña con hacer lo que pocas veces se ha hecho en Chile: educar, formar personas en base al ejercicio del músculo más importante que tiene un ser humano: el cerebro.
Y claro, desde luego que esos saberes no sólo son científicos, sino que también son artísticos y culturales, aquellos que sirven para conservar la memoria, para integrar y cohesionar socialmente, para facilitar la convivencia pacífica, para desarrollar el sentido de pertenencia y la sensibilidad que pule nuestra brutalidad, y así acercarnos a esa belleza que engalana nuestro entorno, nuestras casas, nuestros barrios y ciudades, mejorando la calidad de vida. En fin: todo eso que no depende del dinero que tengamos en el bolsillo.
Por eso Cristina Dorador celebró tanto la decisión tomada por la Comisión de Reglamento de aprobar, de manera unánime, la Comisión de Sistemas de Conocimiento, Ciencia, Tecnología, Culturas, Artes y Patrimonio en el reglamento de la Convención Constitucional.
La derecha resiente regulación de la abstención
Ayer informábamos de cómo se había impuesto la idea de que todo convencional tiene el derecho a abstenerse. Es decir, tiene derecho a no participar de la votación. Pero lo evidente es que, si tal convencional no vota, malamente puede interferir en los quórums ya que, en tal caso, y como ocurre en congreso chileno, las abstenciones se suman a los rechazos. En suma, esta es la forma que han encontrado muchos para disfrazar su rechazo sin asumir los costos políticos que de ello se derivan.
Esta decisión de volver la abstención en “voto inerte” molestó de sobremanera a la derecha, incluso más que el acuerdo de toda la izquierda por impulsar un plebiscito dirimente para que la ciudadanía se pronuncie sobre materias que no obtengan los 2/3 pero sí más de 3/5 de los votos. El apoyo de la izquierda se logró luego de que la propuesta fuese condicionada a materias acotadas y, más importante aún, empujando la debida reforma constitucional que la haga posible.
¿Por qué les dolió más la regulación de la abstención que el plebiscito dirimente? Porque es muy difícil que este plebiscito sea necesario, toda vez que desaparece el mecanismo que abulta artificialmente los votos de rechazo.
Los DDHH cruzarán toda la discusión constituyente
La nueva Comisión de Derechos Humanos tendrá tutela sobre todos los derechos fundamentales, es decir, los derechos humanos individuales y los derechos colectivos, los que, por jurisprudencia en las últimas décadas, y para tranquilidad de los pueblos originarios, vienen siendo considerados también dentro de los Derechos Humanos.
Así se asegura, según los impulsores de esta moción, la debida transversalidad de los Derechos Humanos en todas las comisiones, en todas las audiencias y en todas las sesiones, de tal forma que bajo este paraguas también se aborden los principios constitucionales y se discuta sobre los órganos autónomos, la protección de derechos y la estructura del Estado. Es decir, la nueva Constitución estará cruzada por la defensa de los Derechos Humanos, de tal modo que su discusión no será aislada en una burbuja sobre el catálogo de derechos.
Que las sesiones en regiones se hagan costumbre
Tan bien le fue a la Comisión de Descentralización en su audiencias itinerantes que ya no hay otra opción que volver a realizar regularmente algunas sesiones en los territorios, y no en las capitales regionales, para que la descentralización sea total.
En esa línea es que la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, suscribió convenios de colaboración con los gobiernos regionales de todo Chile para que “pronto la Convención y las comisiones puedan sesionar descentralizadamente, recogiendo las preocupaciones de todas y todos, ¡de norte a sur!”, señaló.
Gala en el Teatro Municipal
Y finalmente se llevó a cabo la gala ofrecida por la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, a los 155 integrantes de la Convención Constitucional. La presidenta del órgano, Elisa Loncón, fue la encargada de abrir el concierto interpretado por la Orquesta Sinfónica de Chile.
Ya. ¡Viva la ciencia, la cultura y el conocimiento! Nos vemos mañana viernes.