Día 47: El maximalismo mete la cola en la izquierda a propósito de los 2/3 y Atria es funado en redes
El constitucionalista votó contra un plebiscito innecesario ya que la derecha no tiene posibilidad de bloquear. Familiares de víctimas de la Dictadura critican duramente a Jorge Arancibia.
La izquierda siempre ha tenido un grave problema que podría explicar, en parte, esa tendencia a cometer autogoles, a enredarse, a fragmentarse, a dividirse en asuntos de escasa trascendencia. Le llaman “maximalismo”, que es la actitud del grupo ultra que sólo es capaz de valorar un triunfo político en la medida que es contundente, definitivo, tan demoledor que pudiese redimirla de todas las derrotas sufridas a manos de la derecha.
En otras palabras, cierta izquierda no sólo se contenta con ganar cómodamente por 3-0, sino que sólo se conforma con una goleada 10-0, y con goles de taquito, de chilena, en medio de “óles” y con los rivales haciéndose expulsar. Menos que eso, no vale.
El último incordio de la izquierda tuvo lugar en la Convención Constituyente, específicamente en la subcomisión de Iniciativa y Norma, dependiente de la Comisión de Reglamento, ocasión en la que se discutía el quórum de aprobación de normas constitucionales, y que, a juzgar por el acuerdo que dio origen al proceso constituyente, quedó establecido en 2/3 de los votos de los convencionales. ¿Justo? ¿Injusto? ¿Ilegítimo? Puede ser, pero toda esa discusión de torna bizantina toda vez que la derecha no consiguió el tercio que le permitía bloquear los cambios que gran parte de Chile anhela.
De hecho, casi el 80% del país celebró la baja votación de la derecha por lo mismo. Pero algunos convencionales de izquierda no creyeron que fuese suficiente y fueron por más: pidieron establecer plebiscito para destrabar lo que a todas luces nunca podría ser trabado por la derecha, menos considerando que -además, por si fuera poco- una parte de la derecha ya abandonó a los más extremos que apuestan al fracaso de la Convención.
El problema es que en la instancia está el constitucionalista Fernando Atria, de Apruebo Dignidad, quien votó en contra de una idea para la cual no existe sustento legal ni logístico. ¿Puede la Convención llamar a plebiscito? No. ¿Puede obligar al Servel a organizar uno? No. Su voto dirimió el empate: por 6 votos contra 5, el quórum quedó fijo a firme en los 2/3.
La izquierda ultrona se le fue al cuello a través de las redes sociales y los medios de comunicación, haciendo lo que bien sabe hacer cuando se frustra: funar. Atria tuvo que salir a explicar su rechazo a una pésima e innecesaria idea que, obviamente, habría venido como anillo al dedo a la campaña de desprestigio y desacreditación montada por esa derecha dura que apuesta al rechazo en el plebiscito de salida.
El académico y abogado penalista de la Corporación Ciudadanía y Justicia, e integrante del Observatorio Cívico Constituyente, Mauricio Salinas, lamentó este nuevo roce dentro de las fuerzas transformadoras toda vez que “revela una inexcusable falta de política. No se puede llegar a ese punto. No entiendo cómo hay partidos que pueden anticiparse a votaciones de 500 ó 600 personas y no pueden hacerlo en una votación en la que participan sólo 11 personas”.
“Son cosas que se discuten y se despejan antes. Claramente lo que debemos hacer es cuidar la Convención de una derecha que quiere verla fracasar, que desea elementos polémicos para avivar el desencanto de la gente. Ciertamente se evitó eso, pero el costo es la división de las fuerzas transformadoras”, agregó.
Asimismo, el académico instó a los convencionales a “no perder de vista que lo único importante es proponer una Constitución que permita hacer los cambios que Chile requiere. Eso es lo único importante. No es bueno desenfocarse y utilizar esta instancia para extraer otros dividendos políticos”.
En entrevista con radio Cooperativa, el vicepresidente de la Convención, Jaime Bassa, terció a favor de su colega constitucionalista toda vez que “esta discusión en torno al quórum tiene mucha más relevancia si es que hay un sector con poder de veto. Pero como hoy no hay sector político con poder de veto de ningún lado, probablemente esta discusión no es tan relevante hoy día”.
¿Y los dos tercios? “Los dos tercios famosos no son una quimera inalcanzable. Las fuerzas políticas detrás de los dos tercios están, y están trabajando juntas. Por eso digo que hoy ese tema es innecesario y quizás responde a otra agenda política distinta a la agenda constituyente”, aseveró.
En fin…
Familiares de víctimas repudian a Arancibia
Llegó el momento en que los familiares de víctimas de la Dictadura cívico-militar expondrían sus puntos de vista en la Convención.
Alicia Lira, quien preside la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos, llegó en compañía de Elena Roa y Silvia Fernández, secretaria general y vicepresidenta de la entidad, respectivamente. Participaron en la audiencia llevada a efecto en la Subcomisión de Verdad Histórica, la que depende de la Comisión de Derechos Humanos, la misma en la que participa el ex almirante Jorge Arancibia, quien fue finalmente excluido de esta subcomisión por exigencia de los propios familiares de víctimas.
Arancibia fue blanco de las críticas: “Previo al golpe cívico-militar Jorge Arancibia se preparaba para matar comunistas. Está en un vídeo. Luego, fue parte de la dictadura en nuestro país y fue el edecán del dictador más sanguinario de Latinoamérica y, además, es parte del gobierno de Sebastián Piñera que violó en forma sistemática todos los derechos humanos. Arancibia es un negacionista de la tragedia. Eso es impunidad”, señaló la dirigente, antes de narrar los orígenes de una organización que, en clandestinidad, denunciaba los atropellos cometidos por el gobierno criminal y cleptocrático de Pinochet.
Entre los casos expuestos en la comisión figuraron la detención ilegal, torturas y desapariciones de las que fueron víctimas diez mujeres embarazadas.
Pero hay más: en la subcomisión de Marco General de Derechos Humanos, Ambientales y la Naturaleza, el convencional Manuel Woldarsky, de La Lista del Pueblo, “apretó” al representante de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Sudamérica, Jan Jarab, por la tardanza en la evacuación del informe sobre lo que ocurrió en Chile a partir del 18 de octubre de 2019.
Recordó que el académico e investigador Claudio Nash estableció la existencia de 8.827 casos de violaciones a los Derechos Humanos con motivo de la revuelta popular. ¿Condenas? Sólo tres.
La Convención en Ovalle, otro símbolo del ecocidio
La Comisión de Descentralización continúa con su itinerario por el territorio nacional.
Primero fue Arica, luego San Carlos (Ñuble), y este jueves le tocó el turno a Ovalle, Región de Coquimbo, donde la sequía y la actividad minera han provocado una de las mayores atrocidades ambientales de Chile (que no es poco).
En cada lugar los convencionales recogen anhelos e inquietudes respecto de lo que significa vivir y desarrollarse en los territorios, al tiempo que reciben muestras de aprecio de quienes asisten o participan en las audiencias por el sólo hecho de salir de la capital y considerar voces que históricamente han estado invisibilizadas.
Este viernes, la Comisión vuelve al sur del país, específicamente a la ciudad chilota de Ancud.
Nos vemos mañana. Es jueves y el cuerpo sabe que algo pasa.