Día 309: El Rechazo comienza a visualizar la derrota y propone "aprobar para modificar"
Cambio de estrategia: ahora piden aprobar y empezar a reformar al tiro, con el Congreso actual. Habló Soa Bachelé: dijo que había que puro votar Apruebo porque suponía un "nuevo contrato social".
Los partidarios de mantener lo grueso de la Constitución del ’80 (que lo son, aunque no lo digan) partieron llamando al Rechazo en el plebiscito de entrada con un lema claro: “Rechazar para reformar”. Luego de una campaña intensa de desinformación, sumado a los condoros propios de los convencionales, los partidarios de la Constitución de Pinochet y Lagos pasaron a otro lema: “Rechazo y tercera vía”, es decir, tirar a la basura lo realizado por la Convención e instalar una cocina extraña como las que hemos visto en estos 32 años.
Pero algo ha pasado que los sectores más conservadores han comenzado a esbozar una nueva estrategia, acaso porque teme perder el plebiscito (de otra manera es imposible explicarse este nuevo cambio): “Aprobar para reformar”. O sea, aprobar y sobre la misma hacerle cambios en el Congreso… pero en este Congreso. Es decir, empezar al tiro, apenas comience a regir la nueva carta fundamental. El caso es que la gradualidad y el tránsito de un régimen a otro debe ser establecido por la Comisión de Normas Transitorias de la Convención.
En una parte de las izquierdas creen es una locura empezar a hablar de reformar una Constitución cuando aún no se termina de escribir (está, digamos, en proceso de edición). Ni siquiera esperaron a ver cómo funciona para querer transformarla. Lo mejor sería, en consecuencia, esperar que sea el próximo Congreso el que entre a picar si llegara el caso. Esa es lo que expresa el PC Marcos Barraza. “Sería vulnerar la aprobación mayoritaria de la nueva Constitución por la ciudadanía. El período de vacancia tiene que establecer que la Constitución podrá ser reformada desde la entrada en vigencia del nuevo Congreso. Antes de eso, es antidemocrático”, señaló.
Jaime Bassa, del Frente Amplio, si bien cree que la nueva Constitución debe asentarse primero, no se cierra a cambios en la medida que la democracia lo permita. “Uno de los objetivos del proceso constituyente actualmente en marcha es liberar a la acción política, a la representación democrática, de las cadenas que supuso la Constitución del 80. Creo que sería un error de parte nuestra, como constituyentes, enamorarnos de nuestra Constitución y generar condiciones para que nadie la cambie”.
En la derecha se subieron por el chorro al tiro. Constanza Hube, de la UDI, quien cree que apenas “entre en vigencia la nueva Constitución debiera poder reformarse, ya sea que se instale de inmediato el nuevo Congreso o en el Congreso vigente”, al igual que el DC Fuad Chahín, quien cree que esta posibilidad ayudaría a sumar a mucha más gente al Apruebo. En el fondo, quieren convertir en triunfo aquello que ya visualizan como derrota.
“Hay mucha gente que algunos artículos le incomodan y tienen la esperanza de que pueda ser modificable. En la medida en que tengamos un texto más flexible, hay un incentivo a votar Apruebo para modificar y también porque en la experiencia comparada, aquellas constituciones más mínimas, son más pétreas, y las más extensas, reglamentarias, siempre son más flexibles de modificación”, sostuvo.
Atenti: el quórum de reforma constitucional aún está pendiente de definir.
Soa Bachelé le metió ficha a la nueva Constitución
Bastó que, así como no quiere la cosa, dijera que está por la aprobación del nuevo texto, para que todas las aguas se agitaran de nuevo.
Quién más que Soa Bachelé. La nueva Constitución presenta la posibilidad de “un nuevo contrato social”.

Y obviamente esto introdujo muchos ajíes donde ustedes saben… El diputado RN Diego Schalper aseveró que esta “era una buena oportunidad para ser más estadista y menos proselitista”.
Así con Soa Bachelé aga hargo…
Nos vemos