Día 30: La derecha se queja de Loncón (again) y comisión de DDHH no logra operarse de Arancibia
La derecha en la Convención ha consagrado su trabajo a una sola acción: molestar, provocar, pelear, cahuinear... todo eso que en esta parte del mundo llamamos "hinchar" lo que tú ya sabes.
Es tan desesperado el intento de la derecha por armar escándalo y sabotear el proceso constituyente que se agarraron de una simple frase dicha por Elisa Loncón, presidenta de la Convención, para armar una nueva y ordinaria polémica. ¿Qué fue lo terrible que dijo la próxima Presidenta de Chile? Ante una pregunta de El Mercurio acerca de si intervendría ante los grupos mapuche que realizan acciones reivindicativas violentas dijo: “No es mi propósito en este momento. Estoy trabajando en la Constitución. Yo no tengo el estándar de (Nelson) Mandela en este momento para pedir que bajen las armas. Creo que el Ministerio Público tiene que investigar, el Gobierno tiene que dar señales de participación”.
Y obvio, la presidenta Loncón le pateó la jaula a todo ese lote cuyo único propósito en esta vida es… (¿cómo decir esto..?) inflar las gónadas. Sólo para eso es que están los amigos de Vamos por Chile en la Convención. Para nada más.
¿Quién crees que lideró ese lote que salió a responderle a Loncón? Seguro ya acertaste: La Marce, verdadera senséi de ese milenario arte de hinchar criticando a la académica por su… bueno, da lo mismo. Esto dijo La Marce:
Vamos al VAR de La Cocina
Repasemos la jugada: un medio de derecha hace una entrevista a alguien de la Convención, y el mundo de derecha dentro de la Convención agranda cualquier cosa que pudiera llevar agua a su molino, y luego esos mismos medios aprovechan de escalar la polémica recogiendo las impresiones de los convencionales de derecha y así vamos de nuevo. Doña Elisa le respondió:
Y este lunes fue publicada la chantísima encuesta Cadem, en la que, presuntamente (mentirosamente, mejor dicho), se revela una pérdida de apoyo a la Convención de 6 puntos. Era obvio lo que pasaría: los infladores de gónadas salieron a desprestigiar el trabajo de la Convención. No les queda otra.
Tres tristes tigres…
Y como la presidenta Elisa Loncón se especializa en sacar a pasear a ese mundo sumido en la amargura y la insignificancia, tres convencionales de Vamos por Chile Katherine Montealegre (UDI), Luciano Silva (RN) y… (redoble de tambores…) Arturito “Cicerón” Zúñiga (UDI), presentaron ante la comisión de Ética un ¿reclamo?, ¿queja?, ¿denuncia? ¿Cómo se le llama aquello que no existe porque no hay reglamento? ¿“Hinchar las gónadas”?
Como quiera que se llame la acción presentada (hinchar las bolas es una acción concreta), estos tres tristes tigres pidieron a la comisión que "se pronuncie respecto a hechos que a nuestro parecer atentan con los objetivos que nos hemos propuesto y que dificultan el rol institucional que deben ejercer los miembros de la Mesa Directiva, contribuyendo a zzzzzzzzzzzzzzzzzzzz” (nos dormimos, pero luego, al despertar, supimos que dijo algo sobre “nuestros hombros”).
Arturito Zúñiga dijo además que su sector espera imparcialidad de la mesa directiva. Ah, se nos olvidaba aclararlo: el reclamo-queja-sapeo-cahuineo también involucra al vicepresidente Jaime Bassa. Lo que dijo es lo siguiente (a ver si entienden): “Creemos que es bueno que podamos deliberar acá en el sentido de tener una opinión con el objetivo de generar, de alguna forma, jurisprudencia, sin una sanción de por medio, porque sabemos que no tenemos hoy día un reglamento, pero para nosotros tanto la conducta de los 155 convencionales y, más aún, la de la Mesa, que sí tiene que, además, tener mucha imparcialidad cuando habla desde su cargo de presidenta o vicepresidente".
¿Entendió a Arturito? Si usted no le entiende a semejante portento de la oratoria, es de toda lógica que usted sea el/la equivocado/a. No hinche las bolas, por favor.
El caso es que toda esa (alambicada) alocución se pudo resumir perfectamente a la última frase: “(La mesa) debe tener mucha imparcialidad cuando habla desde su cargo de presidenta o vicepresidente". Y añadió (estaba inspirado Arturito): “(el discurso de la mesa) va más por el camino de la cancelación, más de lucha de clases y más de no condenar violencias”.
Ya.
El maní, por cierto, saltó lejos nuevamente: en el gobierno, irrelevante como es, también aprovecharon la oportunidad para meter la cuchara. El ministro Secretario General de la Presidencia, Juan José Ossa, que nadie sabe cómo sigue en el cargo con su desastrosa organización de la Convención, exigió que "todos quienes ejercen posiciones de poder sean categóricos en condenar la violencia” y “hacer un llamado a deponer las armas por supuesto que es parte del trabajo que les corresponde a todos quienes ejercen algún espacio de poder y, en general, a todos los chilenos".
Los que trabajan y los que se van temprano
Este lunes fue una jornada de audiencias públicas en las comisiones de “Ética” y de “Reglamento”, mientras que las de “Presupuesto” y de “Participación Popular” ultiman su cronograma de trabajo y organizan las rondas de audiencias públicas.
En la de Reglamento, la convencional del PC Bárbara Sepúlveda acusó a los convencionales de derecha de mandarse a cambiar tempranito, cuando estaban en pleno proceso de audiencias públicas en el hemiciclo. Simplemente se borraron del lugar sin preocuparse de las organizaciones ciudadanas que fueron a exponer, demostrando que su único objetivo en esta vida es… ¿cuál es ese objetivo? Así es, tú ya lo sabes perfectamente: inflar los testículos (por no decir que van a puro “hinchar las bolas”. Es que suena muy feo…)
Pero este trabajo de las comisiones orientadas a estructurar las normas básicas de funcionamiento de la Convención puede desembocar en un hecho que le haría bien a la Convención: sacar al ex almirante, ex edecán de Pinochet y ex senador de la UDI (bueno, el tipo sigue siendo de la UDI) Jorge Arancibia, quien se inscribió en la comisión de Derechos Humanos para… ¿a ver?, ¿para qué están los convencionales de derecha? Pues bien: para hinchar, lo que se logra perfectamente provocando a los que creen de verdad en el valor de los derechos humanos.
Muchos convencionales no lo vieron venir. Manuel Woldarsky, de La Lista del Pueblo, nunca pensó que Arancibia tendría la caradura de presentarse en esa comisión. Sorprendido de la ingente indecencia de una derecha que va sólo a inflar las gónadas, el abogado señaló que "todos los que contaban con ese número de patrocinios podían participar sin perjuicio de que, por el trabajo que uno haya tenido antes, pueda ser cuestionable su idoneidad para participar en una u otra comisión (…) No corresponde que yo cuestione normas que el acuerdo del pleno ha asumido".
Pero el reglamento está en formación, así que, quién sabe, tal vez puedan lograr lo que todos quieren: que Arancibia renuncie a la comisión. O sea, lo mejor sería que renunciara a todo (absolutamente a todo en esta vida), pero se conforman con eso: que renuncie a desarrollar su nuevo oficio en esta comisión específica.
Pues su nuevo oficio no es otro que… ¿Adivinan? En su currículum podrá anotar: “Jorge Arancibia, almirante de la Armada de Chile, senador e hinchabolas profesional que ha vivido toda su vida a cuenta del fisco”.
Y mientras las organizaciones de familiares de víctimas de la Dictadura siguen pidiendo su dimisión, el inflador de escrotos Jorge Arancibia no sólo se negó a tal posibilidad (“por ningún motivo”, señaló), sino que además afirmó que será, con toda seguridad, “un aporte para la comisión”.
Negando su negacionismo
“Tenemos un pasado que es complejo y hay distintas visiones respecto a ese pasado. ¿Se violaron los derechos humanos en el pasado? Sí. Antecedentes democráticos de mi persona hay a lo largo de mi historia y no tengo que rendirle cuentas a nadie al respecto”, sostuvo Jorge Arancibia, negando su “negacionismo”.
Y para comprender que la vida siempre ofrece sorpresas (agradables, desagradables, patéticas), helo aquí citando al militante del Partido Comunista sudafricano que se pasó una vida entera tras las rejas por rebelarse al Apartheid. Decir tonterías es también una forma de hinchar aquellas cosas.
Mucho. Mucho por hoy. Con tanta gente hinchando, no sabemos si llegamos al viernes.