Día 27: Comisión de DDHH acuerda prohibir audiencias a quienes promuevan el odio
¿Cómo que no avanza la cosa? Va como avión, al punto que ya empiezan a reconocerlo personajes de derecha. El vicepresidente Bassa cree que en septiembre estaremos hablando de contenidos.
El 84% de los chilenos prefiere a líderes políticos que "privilegien los acuerdos y no sus propias posiciones", y el 82% cree que es "imprescindible" la apertura de espacios de participación en la Convención. Eso es lo que arroja la encuesta Criteria. A riesgo de llevarse un guatazo con la realidad, las encuestas al menos ayudan a conocer algunas señales en la caracterización de una sociedad. Y acá algunos datos:
El 64% quiere convencionales “estudiosos, reflexivos, serios e investigativos”.
El 62% cree que deben “tener disposición a llegar a acuerdos".
Casi la mitad (48%) de chilenos y chilenas encuestados quiere convencionales “que sean autocríticos, dispuestos a revisar sus posiciones”.
Un 66% espera que “conozcan bien los problemas de las personas”.
Un 49% que estén “dispuestos a colaborar con quienes piensan distinto a ellos".
Un 41% piensa que lo mejor es que los convencionales estén “dispuestos a cambiar de posición si se les presentan buenos argumentos".
La cosa va como avión
La pega avanza como avión. Lo decía Cristián Valdivieso, el director de Asuntos Públicos de Criteria, responsables de la encuesta.
Como muestra, la comisión de Derechos Humanos ya aprobó una norma reglamentaria: nadie podrá dar audiencia a quienes promuevan mensajes de odio, o dicho de manera más precisa, “no serán recibidas en audiencia personas u organizaciones que a través de sus planteamientos, propuestas o discursos hayan difundido mensajes de odio o que puedan incitar a la violencia respecto de grupos vulnerables o históricamente excluidos".
La idea fue del convencional constituyente de la Lista del Pueblo, Manuel Woldarsky, quien dijo que “la comisión de Derechos Humanos, por una cantidad de 13 votos, acordó incluir el principio de prohibición de negacionismo en la invitación que haremos a audiencias públicas a organizaciones y personas que quieran participar del trabajo de la comisión". Para obtener una audiencia, el o los interesados deberán llenar un formulario con datos que permitirán hacer un seguimiento.
Obvio que hubo polémica, esta vez por la presencia del ex-almirante y senador Jorge Arancibia, quien siempre manifestó su apoyo a la dictadura cívico-militar encabezada por Augusto Pinochet. ¿Qué tiene que hacer ahí Jorge Arancibia más que para provocar! La convencional de la Lista del Pueblo, María Rivera, encaró al exmilitar en la sesión, afirmando que "me espanta escuchar a don Jorge Arancibia decir que está de acuerdo en que se agregue un párrafo que diga no al negacionismo, pero él sabe y todos sabemos que él fue partidario y ha defendido esas conductas". Arancibia se defendió señalando que “me gustaría, si vamos a trabajar con la actitud que estamos teniendo, primero que nada, respetarnos como personas. Estamos acá porque tenemos un mandato y por lo tanto yo le pido encarecidamente, para encontrar mínimos o máximos comunes, un respecto a este constituyente”.
No fue la única que se la cantó completa:
Las organizaciones de Derechos Humanos también quieren verlo fuera de la comisión. Un verdadero chancho en misa.
¿Ven que pasan cosas? Es verdad: muchos creían que este avance conseguido por la Convención se daría en dos meses, quizás tres. No faltará el amargo que diga que aquello se debió haber logrado en tres días, pero es obvio suponer que eso es imposible, no con una convención que es única en su tipo alrededor del mundo.
Chilenos y chilenas somos unos exploradores que se abren camino a punta de machete en la espesura de lo incierto, lo desconocido. O sea, prescindiendo de esta poesía de borrachos, hay que destacar que nunca antes habíamos hecho un parlamento constitucional. Y si nuestra inexperiencia era un tema preocupante, lo era más el hecho de innovar en cosas como la paridad y la reserva de escaños para pueblos originarios.
Esto apura la redacción del reglamento, que es la manera en que organizaremos el debate y la votación. Es un paso clave antes de hablar de las normas constitucionales que permitan llevar a cabo programas de gobierno en cada una de las materias importantes. De esto habló el vicepresidente de la Convención, Jaime Bassa, en una entrevista que le dio a Cooperativa. No tiene desperdicio.
Lanzó dos ideas bien interesantes: "Si pensamos que las comisiones provisorias se iniciaron ayer y tienen un plazo de 30 días, probablemente hacia finales de agosto esos trabajos debieran estar más o menos concluidos, de modo tal de que el pleno de la constituyente reciba las propuestas reglamentarias de estas comisiones provisorias a finales de agosto, primera semana de septiembre y eso va a abrir un proceso de deliberación en torno a esas propuestas, que probablemente tome una semana". Esa fue la primera
La segunda: “Días más, días menos, durante septiembre los órganos permanentes de la constituyente, las comisiones permanentes, debieran estar ya implementadas, sesionando y deliberando el contenido de la nueva Constitución” .
Ya. Sería todo por esta semana.