Día 25: La derecha se empecina en su estrategia y Loncón acusa falta de contacto con Piñera
Desmenuzamos la estrategia de desprestigio de la derecha, una que, al parecer, no está surtiendo efecto.
Este miércoles, un hombre adulto mayor canoso, agricultor de la zona de Frutillar, asiduo lector de El Llanquihue, le pregunta montado en su tractor a un servidor, quien se encuentra en esa hermosa localidad de la Región de Los Lagos: “Oiga, y dígame una cosa: ¿trabaja esa gente?”. Una pregunta, desde luego, que formuló en referencia a los convencionales.
Viéndole el lado bueno, hay un lector duro de El Mercurio (El Llanquihue es El Mercurio regional, una verdadera subsidiaria de la mentira) que ya no le está creyendo mucho a El Mercurio. El lado malo es que, una vez más, las mentiras parecen verdades cuando se repiten a cada rato, más cuando el receptor del mensaje falso es aquel que, preso del prejuicio ideológico y de un temor cerval a los cambios, no sabe lidiar con una realidad que juzga incómoda.
Este es el resultado de una campaña que intenta desacreditar el encomiable y diligente trabajo que realiza la Convención. Todos los convencionales -a excepción de los convencionales de derecha- trabajan duro en una pega de mierda, porque hacer política es hacer una de las pegas más duras del mundo.
A menos de un mes de iniciada la Convención se están terminando de constituir la mesa directiva y las comisiones que harán posible el funcionamiento de la instancia. Mejor aún: lo harán con criterios de inclusión de aquellas minorías social y tradicionalmente invisibilizadas, cosa que irrita al mundo de derecha como el convencional Neumann de la UDI:
¿Qué dicen aquellos especialistas que se han encargado de hacer un seguimiento exhaustivo de la Convención? ¿Se trabaja o no se trabaja? Escuchemos lo que dice el académico de la UDP, Claudio Fuentes, de Plataforma Contexto.
Todo esto desmiente las críticas de quienes han llegado sólo a obstaculizar y enredar la discusión. Es decir, los convencionales de derecha, esos mismos que pedían el ingreso de sus medios de comunicación molestos por las restricciones de aforo por el Covid-19. No digamos que tal exigencia era para velar por la transparencia del proceso, sino para seguir armando jaleo y levantando cahuines:
¿Incompetencia o maldad?
Ustedes saben que en la Convención no hay plata ni para hacer cantar a un ciego… perdón: no hay dinero para hacer cantar a una persona en situación de discapacidad de origen visual. (Seamos claros y precisos con el lenguaje). La culpa es de un gobierno que ha puesto poca plata y que, administrando los recursos, ha demostrado ser incompetente como lo ha sido siempre en todo lo demás. La pregunta es si son incompetentes porque son tontos o porque son malos.
Algunos creen que son malos, que todo esto es premeditado a efectos de poner palos en la rueda. Y es que más encima mienten, toda vez que La Moneda culpa a la Convención por no conformar un mecanismo para coordinar la entrega de recursos. Y más malos se nos antojan cuando vemos que los gastos que han realizado carecen de criterio. Ejemplo: el gobierno contrató un servicio de provisión de café por dos millones de pesos diarios. Y así hay un montón de gastos tan sorprendentes como sospechosos.
La mesa directiva canceló esos contratos tan leoninos, cuyos recursos bien podrían haber sido invertidos en almuerzos decentes preparados por alguna pyme, por ejemplo. Cuando el trabajo era digno, en años anteriores al neoliberalismo, los trabajadores almorzaban en la pega. Fue el neoliberalismo, en su afán por deteriorar la situación del trabajo frente al capital, que comenzó a demoler su dignidad.
A propósito de las deficientes condiciones de trabajo provistas por el gobierno, la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, realizó declaraciones que, editadas astutamente por Canal 13 -uno de los medios de derecha comprometidos con el status quo- pintaban una postura frívola, pueril, quejica, derechamente banal, impropia y desconectada de las dificultades que viven chilenos y chilenas.
Esta es la jugada: un medio de comunicación de la elite levanta una polémica, la polémica es recogida y amplificada por cualquier actor de derecha, en este caso Máximo Pavez, subsecretario general de la Presidencia:
Y luego interviene otro convencional de derecha, quien, a través de las redes sociales, amplifica el cahuín para tratar de abonar la campaña de desprestigio de la Convención. En este caso, La Marce:
Y ahí entra cualquier otro convencional para participar en este plan coordinado. En este caso, el Arturito, que aprovecha de meter su cuña.
Una pausa para Arturito
Hagamos una pausa… Ojo: esto tiene mar de fondo. ¿Recuerdan que Arturito fue subsecretario de redes Asistenciales del Ministerio de Salud y que su labor fue un desastre? Bueno: ahora salió esta denuncia de un concejal de Maipú que viene a explicar su interés particular por distraer la atención:
El VAR de La Cocina
Entonces, repasemos la jugada en cámara lenta: un medio de derecha levanta la pelota, alguien de derecha controla el balón y mete el centro a La Marce o La Tere, y una de las dos llega al área para cabecear mojones. Algo así.
Ahora, como centrodelantera, La Tere anda como el Nico Castillo.
La Teruca nos salió como hacha pa’l cahuín. Está bien, vamos a reconocerlo: nosotros igual amamos los cahuines. Los necesitamos. Si nos ponemos a hablar técnicamente de lo que se trata en la Convención, simplemente se acaba este newsletter. Y bueno: al menos la política tiene la gracia de visibilizar las fortalezas y las flaquezas del espíritu humano, y conversar de aquello es siempre algo entretenido. La política es una verdadera máquina de rayos equis que nos permite ver la bondad y la maldad que habita en toda persona, en mayor o menor medida.
Ni la Tere le cree a Elmer
Curioso, pero el agricultor de Frutillar no era el único que ha dejado de creer en El Mercurio. La Tere Marinovic ya no cree mucho en ese diario (sóplame este ojito), y lo reconoció cuando se hacía eco de otra ‘noticia-jugada’ lanzada por “la voz senil de la oligarquía”, que le dicen.
Foqueando de lo lindo apenas puso un pie en el ex Congreso, dijo luego de que le concedieran la palabra: “No confío plenamente en El Mercurio como medio de prensa y por eso me gustaría que la mesa me respondiera algunas preguntas con respecto a una nota de ese diario. Para la presidenta y el vicepresidente: ¿es cierto que la mesa, en conjunto con 10 convencionales, gastaron $1.380.000 en alimentación? Y si es así, ¿por qué se hizo y quienes son los 10? ¿Es efectivo que el vicepresidente solicitó una van para el traslado? Y, por último, me gustaría decir que las condiciones en que estamos trabajando no me parecen precarias, estamos en un palacio con preciosos castillos. Si Yasna Provoste no tuviera tomado el edificio del Senado, tendríamos más espacio”.
La respuesta del vicepresidente Bassa fue contundente, tanto, que La Tere terminó calleuque el loro.
Qué manera de chamullar.
Piñera no los ha visitado
¿Podrían creer ustedes que Sebastián Piñera Echeñique ni siquiera se ha puesto en contacto con la mesa directiva? Lo decía Elisa Loncón en entrevista con radio Cooperativa.
“El Gobierno se movilizó a Perú a saludar al nuevo presidente, y aquí se instaló la presidencia de la Convención (el 4 de julio) y no hemos tenido esa señal, que es muy importante. Son las señales simbólicas que se entregan, porque estamos representando a un sector importante que va a escribir la nueva Constitución", declaró la presidenta de la Convención. "Él sabrá por qué no se ha comunicado con nosotros", agregó, recordando sólo un roñoso, piojento y exiguo tuit escrito el mismo día que se constituía el órgano.
En fin. Quizás es para mejor. No, vamos a rectificar: siempre es para mejor tener bien lejos a Piñera. No vaya a ser que pegue el mufazo…
Ya. Sería todo por hoy.