Día 23: Lista del Pueblo enfrenta su primera gran crisis con renuncia de Loreto Vidal
Es la segunda convencional que pierde desde que se inició el proceso, reduciendo sus integrantes a 25. Cunden voces que creen que su estrategia de excluir a la derecha es contraproducente.
Tenemos que hablar de La Lista del Pueblo. Tenemos que hablar por el bien de ese grupo, porque si ese grupo está bien, entonces podrá hacer las cosas que comprometieron a quienes les encomendaron la hermosa misión de diseñar la nueva institucionalidad de Chile, y eso, en definitiva, será bueno para el país.
El problema es que “les chiquilles” no están bien. Ninguna agrupación humana que pierde integrantes puede decir que está bien. Primero se les fue Elisa Giustinianovich, y ahora lo hizo la convencional constituyente del distrito 20 Loreto Rossana Vidal, enfermera y abogada, magíster en Bioética y académica.
Se fue porque se aburrió nomás de lo que veía en La Lista del Pueblo, que mostró la peor cara, dicen varios, en la discusión sobre el sistema para elegir a los siete convencionales que faltan para integrar la mesa directiva (dos de ellos reservados para los convencionales de las primeras naciones). La Lista del Pueblo quiere sí o sí el “sistema papal”, lo que torna imposible la posibilidad de que la derecha (con 37 convencionales) pueda tener a uno de los suyos en esa instancia. Es evidente que su postura es la de excluir a quienes representan intereses que tanto daño han causado.
Si pudiéramos resumir las razones de Loreto Vidal en una frase de brocha gorda, la convencional del Biobío dijo adiós porque encuentra que en La Lista del Pueblo hay mucha rabia y sectarismo, como es obvio en un “colectivo” (en la Convención no gusta el término “bancadas”) conformado por personas comunes y corrientes que son fieles representantes de un pueblo abusado y que tiene, en efecto, todo el derecho de sentir rabia. Es más: en la Lista del Pueblo hay, por ejemplo, enfermos de cáncer (Rodrigo Rojas, el Pelao Vade), personas que han sufrido en carne propia la inexistencia de un derecho garantizado a la salud, algo que podemos explicar por la instalación de una ideología fanática que ha convertido los derechos sociales en commodities. Eso es cierto. Y es cierto que la derecha la instaló aprovechándose de una dictadura.
En realidad, todo eso es cierto.
Dijo la convencional en entrevista con Interferencia: “Tengo una característica que he tratado de desarrollar a lo largo de la vida, con todas las dificultades que eso significa, que tiene que ver con respetar la dignidad humana en el amplio sentido de la palabra, la dignidad humana se respeta independiente a que puedas pensar muy distinto a otro”. Y agregó más declaraciones que invitan a una reflexión; primero cuando refiere a las críticas que recibe cuando realiza el que cree que es su verdadero trabajo: dialogar con todos, hacer política, integrar partes de un país fragmentado: “Sentir que voy a hacer un trabajo y que voy a poder aportar y que mi forma va a ser considerada en esos aportes. Entonces, cuando no se da esa situación cualquier cosa que yo diga aparentemente va en un sentido contrario a la visión o la forma en que plantea la Lista”. La otra: “Cuando miro en retrospectiva en efecto es así, porque mientras yo voy por el diálogo y la inclusión, incluso de sectores que ahora no tienen esa posibilidad, claramente no soy representativa de este grupo humano, lamentablemente, porque creo que eso no nos va a conducir muy lejos”, continuó.
Es cierto lo que dice Loreto Vidal: desde la rabia y la negación del otro nada puede prosperar. El “conchesumadrismo” ingénito de la derecha (disculpe el uso del castellano medieval), en tanto representante de los intereses de una oligarquía, no se combate simplemente con rabia, sino que con la cabeza fría. Bien decía Vito Corleone a su hijo Santino, “Sonny”, ese que perdía los estribos a la primera de cambio: “La ira nubla la razón”. ¿Podemos pensar con rabia, por muy justificada que sea?
Fernando Atria, de Apruebo Dignidad, manifestó con meridiana claridad en una entrevista con Nuestro Canto, de radio ADN, en el espacio realizado en conjunto con el Observatorio Cívico Constituyente: “Si yo fuera un asesor de la derecha, rogaría que los convencionales de ese sector fueran excluidos de la mesa directiva”.
Ahí está la clave de todo: la actitud de La Lista del Pueblo es contraproducente, toda vez que abona la campaña de crítica y desprestigio que impulsa la derecha a efectos de desacreditar el proceso completo.
Una estrategia inteligente sugiere hacer lo contrario: incluir a la derecha, de tal manera de desactivar las críticas, evitar la victimización y quitar todo espacio a ese plañido de mal gusto y fariseo que seguro escucharemos en los próximos días, cuando veamos a Arturito “Cicerón” Zúñiga (es un crimen incentivar los discursos de Arturito), La Marce Cubillos y La Tere Marinovic diciendo “¿ven?, ¿ven cómo son de sectarios y vengativos? Esta es una Constitución que surge desde el odio, así que debemos rechazarla”.
Por cierto: la derecha exige que los medios (especialmente los medios de ellos) puedan ingresar a la Convención, cosa que hoy no logran hacer por las restricciones de aforo. ¿Por qué lo hacen? Simple: para captar esa rabia.
Y ojo: hay un dato que desmiente el carácter autoritario que la derecha le atribuye a la directiva integrada por Elisa Loncón y Jaime Bassa. ¿De qué se trata? Plataforma Contexto analizó cuantitativamente las intervenciones en el Pleno de la Convención entre el 7 y el 15 de julio. Los constituyentes de Vamos por Chile lideran el uso de la palabra con 70 solicitudes concedidas, superando a la Lista del Pueblo (62) y Apruebo Dignidad (59).
La renunciada Loreto Vidal dijo que “La Lista del Pueblo quizás debería cambiarse el nombre, lo podrían pensar, porque representan a un pueblo, no al pueblo, porque también hay un pueblo silente, más mesurado, que también le interesa el diálogo, que no quiere seguir en una interminable batalla por situaciones pasadas, las que, por supuesto hay que resolver y reparar, pero en base a la evolución del ser humano (…) Los seres humanos sí somos evolutivos y no podemos volver a la ley del talión, sino que tenemos que ser capaces de ser un poco más afectivos, inclusivos, respetuosos y tratar de comprender los contextos biográficos del otro”.
Comienzan a trabajar las otras cinco comisiones
La presidenta de la Convención, Elisa Loncón, informó de una serie de reuniones que sostuvo la mesa directiva con representantes de la Pontificia Universidad Católica a fin de implementar medidores de CO2 dentro del ex Congreso -intervención orientada a proteger la salud de quienes se desempeñan en sus dependencias-, además de otras con coordinadores de Naciones Unidas, embajadores de países de la Unión Europea y los nuevos gobernadores regionales, esto último para realizar sesiones en regiones y propiciar la participación territorial.
Asimismo, la presidenta Loncón informó de otras dos reuniones: una con Emma de Ramón, directora del Archivo Nacional, para crear el Archivo de la Convención Constitucional, y otra con la Defensora de los Derechos de la Niñez, Patricia Muñoz, a efectos de propiciar la participación de niños, niñas y adolescentes en el proceso constituyente.
Esta semana empezaron a sesionar las comisiones de “Derechos Humanos, Verdad Histórica y Bases para la Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición”, de “Comunicaciones, Información y Transparencia”, de “Comisión de Participación y Consulta Indígena”, de “Comisión de Participación Popular y Equidad Territorial”, y de “Comisión de Descentralización, Equidad y Justicia Territorial”.
Buenas noches los pastores.