Día 17: Paridad hasta que duela, la descentralización agarra vuelo y el show de La Tere
Show, mucho show vimos hoy en la Convención. Pero también se avanzó en las comisiones y salió humo blanco en la de "Reglamento", que nos tenía en ascuas.
Esto empezó con un tuit de Teresa Marinovic a primera hora de la mañana en contra de la convencional mapuche Francisca Linconao, la machi. Se le notaba odiosa:
Más tarde desnudó su enciclopédica ignorancia sobre los derechos humanos, tema que se discutía por entonces en el pleno:
En suma, La Tere se levantó peleadora y se propuso provocar a todo el mundo. Y el resto pisó el palito, pero mal… Le salieron a pegar Ramona Reyes, la misma Linconao… Se propusieron sancionarla o derechamente echarla de la Convención, y más de una amenaza de acción en tribunales fue deslizada en el momento de mayor emoción y show de la mañana.
Valentina Miranda (PC) la encaró rato después en las afueras del ex Congreso.
A la Tere la vimos descolocada (casi se murió) al ver la camiseta del Colo, pero al rato se repuso y tomó la palabra en el pleno y empezó a victimizarse afirmando haber sido blanco de odiosos actos de censura y de persecución por parte de esa “progresía” (así le llama ella a los que se declaran progresistas).
Y habló y habló… Y luego le apagaron el micrófono porque había agotado su tiempo y la presidenta de la Convención, Elisa Loncón, le pidió a todos y todas que se ciñeran al tema que los convoca y que dejaran de dar jugo y pena. No lo dijo con esas palabras, pero era algo así.
El ABC para lidiar con un bully
El caso es que hicieron todo lo que La Tere quería que hicieran: bailar a su ritmo. La Tere tiene una misión y al parecer lo está logrando: sabotear el proceso, ensuciarlo, desacreditarlo.
Y en su empeño quiere, además, robarse la película. Quiere ser “Queen Tere”. Amigo, amiga: La Tere es youtuber. Su objetivo en esta vida es volverse viral. Hoy pisaron todos el palito y La Tere terminó igual que este otro machucao (póngale play):
Así, igualita, debe estar La Tere en su mejora del barrio alto.
¿Qué hacer entonces?, preguntarán ustedes. Pues les contamos: Un bully tiene, en el fondo, un problema de autoestima y miedo; miedo al distinto, miedo al otro, miedo a perder su posición de dominio, miedo a su irrelevancia. Prestarle atención, entonces, constituye un verdadero piropo para ese tipo de personalidades.
Lo primero es lo primero: al adversario hay que desconcertarlo y sorprenderlo. Para esto les invitamos a realizar un ejercicio bastante práctico. Algo anticuado, sí; pero efectivo. Anoten cien veces en un cuaderno o en una pizarra (hablamos en serio) algo así como lo que está escrito acá abajo (cien veces):
¿Qué es lo recomendable en estos casos? Primero, la indiferencia total. Vean ustedes cómo hicieron los líderes europeos cuando vieron llegar a Viktor Orbán, el presidente húngaro, quien impulsó una ley homófoba en su país. Échenle un vistazo:
¿Vieron? Hay otras opciones: cuando La Tere hable, ustedes conversen, pónganse a tejer, a jugar con el teléfono, a ver series en el teléfono, a conversar con el compañero que tienen al lado. ¡Salgan de la sala a fumar un pucho o a tomarse un café!
Hay tantas cosas mejores que hacer que prestarle atención a un(a) bully que quiere ser escuchado(a). Evaluemos la posibilidad de que todos se pongan a dormir cuando tome la palabra. Toda pesadez con base en la ridiculización también es efectiva.
En paralelo, le presentan una senda querella en tribunales (por lo que sea) y un recurso para pedir la defenestración de La Tere. Se puede, no digan que no. Los recursos no se anuncian ni se comentan; se interponen nomás. Carepalo.
Y cuando La Tere se les cruce en el pasillo, ustedes ahí, igualito que el Freddie, bien “víos”, bien “chorizas”:
Pero cómo tan pavarotti, compañeres… Faltó cuneta. Pero bueno… Suponemos que los convencionales irán aprendiendo.
La compleja constitución de “Reglamento”
Uno pensaba que el proceso duraría menos que batería de iPhone, pero el día ayer se fue en las dificultades para incorporar a su último integrante (son 31 en total) y, peor todavía, en la conformación de los dos nombres que la encabezarían bajo los criterios de paridad, o sea, una mujer y un hombre.
Alondra Carrillo (independiente) ocupó la plaza faltante y criticó la lectura que se hacía de la norma de paridad (ayer fue la comunista Bárbara Sepúlveda), diciendo que no había necesidad de tener a un hombre y una mujer sino que podían ser perfectamente dos mujeres, pues se entiende -dicen ellas- que la norma de paridad es una acción afirmativa, una discriminación positiva que ha de impedir que los machirulos se tomen la jefatura de cualquier cosa…
Pero hoy se impuso, de nuevo, la otra postura: la paridad se ha de respetar hasta que duela, en el entendido que en la construcción del nuevo Chile no queremos discriminaciones de ningún tipo (porque hasta las positivas serán innecesarias y deseables). ¿Acciones afirmativas? Sí: en directorios de empresas, en ministerios, sindicatos, gerencias, partidos políticos, en el parlamento, en todo; menos en el único lugar donde ese ideal paritario y representativo se produce: La Convención. Y se acabó el tema.
Lo que vino fue maratónico: a la décima elección recién salió humo blanco. Hubo “danza de nombres”, candidatos que se presentaban y salían para no volver, otros que salían y al rato volvían al ruedo para sacar incluso menos votos que la vez anterior… Natividad Llanquileo (Pueblo Mapuche), Ricardo Montero (Frente Amplio) y Daniel Bravo (Lista del Pueblo), Amaya Álvez (Frente Amplio), Agustín Squella (Independientes No Neutrales), Wilfredo Bacian (Pueblo Quechua). Al final quedaron de coordinadores Amaya Álvez y Daniel Bravo.
Otras comisiones y el infaltable Covid-19
También se discutió intensamente sobre otras comisiones que la Convención ya aprobó constituir: “Derechos Humanos”, “Comunicaciones”, “Participación” “Transparencia” y “Descentralización”.
En Derechos Humanos la discusión se entrampó en una mirada amplia (Lista del Pueblo) que pide reparaciones para las víctimas de la represión después del estallido social y de la violencia en La Araucanía, y otros (Vamos por Chile, con Ruggero Cozzi, Eduardo Cretton, Arturo Zúñiga y Katherine Montealegre) que pedían meter a los que han sufrido el “terrorismo”, los carabineros heridos, los propietarios que sufrieron la destrucción de sus bienes en el marco de la revuelta…
En el medio estuvo Independientes no Neutrales (Patricia Politzer y Tammy Pustilnick), que está de acuerdo con ampliar la mirada sobre lo que pasó en el estallido y en la macrozona sur, pero ven con reticencia la posibilidad de comprometerse a acciones reparatorias que exceden las atribuciones de la Convención.
En la discusión sobre Descentralización hubo un abrumador respaldo a cualquier idea que pase por llevar poder a los territorios del país. Definitivamente la idea de un país “macrocefálico” (con una capital demasiado grande, fenómeno típico de América Latina) tiene todas las de perder. Buen discurso del magallánico independiente Mauricio Daza, en referencia a las limitaciones que tienen las regiones para desarrollarse a sí mismas, cosa que afecta al país en su conjunto. Los magallánicos están de moda, al parecer.
En cuanto a la comisión de Participación apareció él… tú sabes quién: Arturo, el rey de los… tú sabes. Fue, sin duda, el momento cúlmine de la sesión, el plato de fondo, una clase magistral de oratoria que ha de ser vista por todos quienes tengan interés en la cosa pública.
Sin duda el mejor discurso que se le ha escuchado, al punto que haría enrojecer de envidia a Cicerón y a otros grandes oradores de todos los tiempos.
En su histórica alocución pidió desterrar el sectarismo y la odiosidad, así como terminar con la política en una Convención donde la política no tendría nada que hacer.
Los asistentes casi llegaron al orgasmo cuando lo escucharon hablar contra la “neoinquisición del siglo XXI” que atacaba a La Tere (entre otros), lo que sería, según dijo, “un símbolo de la irracionalidad fanática que el fervor ideológico es capaz de desatar”. ¿Qué tal? Tiene sus cositas el hombre.
Está bien: podrán decir los envidiosos que el texto se lo escribió un asesor más ilustrado o que se tardó todo el fin de semana largo tratando de pergeñar tan luminosas líneas, pero el gesto vale. Pucha que habló bonito.
La alocución marcaba el cénit de la jornada, pero lo opacó el anuncio de Elisa Loncón en cuanto a que hay nueve personas que califican como contactos estrechos de un asesor con Covid-19. Todos están en cuarentena preventiva.
Ya. Nos vemos mañana, “más mejor”.