Día 154: Convención evalúa ajustes a su programa y Bassa critica idea de la derecha sobre periodos
Se suman voces que piden hacer un uso más eficiente del tiempo. Jaime Bassa criticó a la derecha por pedir que la Convención respete duración de los próximos periodos presidencial y parlamentario.
La participación y la consulta ciudadana son dos fases de un proceso que toma tiempo. Y hay uno que es especialmente sensible: el de participación y consulta indígena. Y resulta que los tiempos son acotados pues hay nula posibilidad, dada la próxima composición del Congreso, extender el tiempo de funcionamiento. Y encima, José Antonio Kast, el candidato de ultraderecha, anda pidiendo que el órgano apure el tranco aun cuando anda diciendo que “como gobierno nosotros le vamos a dar todas las facilidades (…) Necesitamos cerrar el capítulo constituyente”.
Sin embargo, la presidenta de la mesa directiva, Elisa Loncón, expresó su preocupación ya que, señaló, “está en riesgo la participación y consulta indígena no sólo por el documento base, porque no tenemos recursos para realizarlo”, aseguró, cosa que hizo saltar las alarmas dentro de la Convención, en especial en otros convencionales indígenas, como Natividad Llanquileo, quien cree que el problema mayor no es de recursos, sino de tiempo.
“La mesa directiva y la coordinación deben realizar las gestiones para ver con cuántos recursos contamos. Naciones Unidas le exige al Estado contar con los recursos para la participación y consulta indígena”, indicó en entrevista con CNN, de tal modo que los recursos tendrán que salir de alguna parte.
El problema es que los tiempos se tornan complejos ya que se vienen las “veranadas en el Alto Biobío, los carnavales en el norte, las primeras cosechas de las machis”, al tiempo que pidió incluir objetivos concretos de tal forma de hacer vinculante el proceso, de tal manera que la Secretaria Técnica de Participación y Consulta puede aportar mucho en ese sentido. “La consulta debe tener preguntas concretas: el derecho a la libre determinación, al territorio, los elementos culturales. La misma gente debe proponer medidas concretas para que lo que salga de esa consulta sea vinculante”.
Al cierre de esta edición, la comisión de Derechos de los Pueblos Indígenas de la Convención Constitucional aprobó el texto base que define el proceso de consulta indígena. Adolfo Millabur, convencional mapuche, opinó que “la semana pasada se aprobó el equipo técnico que va a encargarse de hacer la metodología y, de aquí en adelante, hay que trabajar en cómo se va a dar este proceso de consulta, que es una de las obligaciones que tiene la Convención”.
Cómo recuperar tiempo
El problema es que las jornadas territoriales son claves para la legitimidad del proceso, pero ciertamente que restan tiempo para realizar la tarea fundamental, que es discutir y redactar las normas. Hay que recuperar tiempo. Esa es la consigna. Entonces muchos convencionales están craneando cómo hacer más eficiente el uso del tiempo, y una opción sería, como sostiene Benito Baranda, de Independientes no neutrales, hacer coincidir las semanas de armonización con las visitas a terreno.
“Varias de las semanas territoriales las podemos pasar para las semanas de ‘armonización’ (es decir, el proceso de ajuste que emane de las normas sugeridas en las distintas comisiones), que son dos meses. Para entonces vamos a haber un grupo de personas que no vamos a estar en armonización y que estaremos disponibles para poder estar en el territorio”, señaló.
La idea incluso gusta en ña derecha cavernaria, donde Carol Bown, de la UDI, señaló que las semanas territoriales “no eran necesarias”, pues, a su juicio, “sirven más para hacer política que para hacer la labor que se nos encomendó”.
Bassa golpea la mesa contra idea de la derecha
La idea de respetar la duración de los próximos periodos presidenciales y parlamentarios, cosa que al vicepresidente de la mesa directiva, Jaime Bassa, le parece “impertinente” pues sólo busca “obtener un rendimiento electoral de corto plazo”.
En declaraciones a La Tercera, Bassa fundamentó su punto de vista en que “es importante respetar los procesos de discusión y deliberación que lleva adelante la Convención, sin prefigurar o condicionar anticipadamente los márgenes de esas discusiones, ni mucho menos los contenidos de las discusiones que se llevan adelante. La constituyente tiene una regulación respecto del proceso a través del cual se llevan adelante las discusiones de norma constituyente”.
“Esta propuesta que está haciendo la derecha es una propuesta no solamente irregular, sino que además muy oportunista”, sostuvo el constitucionalista, toda vez que “se salta el proceso de generación de la norma constituyente, que contempla nuestro propio reglamento, y además no tiene por finalidad colaborar con el proceso constituyente, sino que obtener un rendimiento electoral de corto plazo”.
No es la primera vez que hacen una movida de este tipo a efectos de obtener réditos políticos coyunturales. “Debemos ser muy respetuosos de llevar adelante esos procesos de deliberación de manera abierta, democrática, sin triquiñuelas y sin tratar de obtener rendimiento electoral de corto plazo”, afirmó. Asimismo, comentó que le parece del todo “razonable que el primer período de implementación de esos cambios se desarrolle a lo largo de todo el período que significa la próxima legislatura ordinaria, y que permita al Presidente, sea cual sea, llevar adelante todo su mandato con esa primera función de implementar la nueva Constitución (…) Lo mismo del período legislativo ordinario, que va también de marzo de 2022 a marzo de 2026”.