Día 12: Convencionales detenidos, quejas científicas y nuevas comisiones
Han sido horas "jugosas" y desde La Cocina ya tenemos varias propuestas para los primeros artículos de la Constitución que esperamos sean consideradas.
Uno de los puntos polémicos del acuerdo del 15 de noviembre de 2019 era el requisito de aprobar por 2/3 cada una de las normas de nuestra nueva Constitución, pues daría a la derecha la posibilidad de bloquear reformas estructurales.
La derrota electoral de Chile Vamos, sin embargo, generó tranquilidad pues -aun regalándole a los Harboe, a los Pato Fernández y todos los amarillentos al mundo del Rechazo- los números no daban para que los obstruccionistas lograran su cometido.
Pero ojo con el siguiente tuit:
Anoche la Convención votó por desconocer los famosos 2/3, reflejando en buena medida lo que pasa cuando la izquierda se engolosina: agita fantasmas y alimenta el temor de los espíritus conservadores, tanto de derecha como de izquierda.
Lo curioso es que, más allá de la legitimidad del reclamo, también es cierto que las fuerzas transformadoras en Chile insisten en tropezar con piedras que están en condiciones de evadir, en circunstancias que podrían gastar esa energía en otras urgencias. Solo por dar una idea: recordemos que Sebastián Piñera Echeñique empujó la ratificación del TPP-11 en el Senado a efectos de cercenar la soberanía popular que ha de materializarse en la Convención, traicionando así el espíritu de ese acuerdo.
¿Para qué celebrar que la derecha no consiguiera el tercio para bloquear y luego seguir amargándose por el quórum? ¿No se suponía que el quórum ya no era tema?
Tratando de ganar por goleada
Quizás la explicación de fondo refiere a esa vieja tara de la izquierda chilena, esa que pierde toda perspectiva estratégica de largo alcance. La izquierda no se conforma con ganar el partido, sino que además quiere ganar por goleada, jugando lindo, marcando hermosos goles y brindando espectáculo. La victoria ya no ha de ser inapelable, sino que además debe ser aplastante. Si no es apabullante, entonces pareciera que no vale, como si sólo ese triunfo aplastante le ayudará a redimir las humillaciones vividas a lo largo de la historia.
Obvio: la derecha acudirá a la Corte Suprema. La posibilidad de que le vaya bien es alta. En consecuencia, la derecha se habrá ganado un punto político que no estaba en sus planes.
Desconcertantes argumentos
Otra de las cosas insólitas suscitadas en esta Convención Constituyente fue la negativa de la Lista del Pueblo frente al protocolo Covid-19, alineándose así con su antítesis: el bloque Vamos por Chile (o Chile Vamos, o la derecha).
Algunos argumentos para oponerse rayaron en el absurdo, toda vez que apelaron a la “pertinencia cultural” ante los representantes de pueblos originarios y la “autonomía de los cuerpos”.
Que la derecha desprecie lo que digan los científicos resulta comprensible: su sistema de creencias (con pilares ficticios como “Dios”, la “Patria” y el “mérito”) riñe con la ciencia. Pero que desde el “progresismo” se niegue la dimensión material de la existencia no sólo revela su renovada matriz posmodernista, si no que nos habla de una adhesión fanática a discutibles teorías filosóficas, así como una peligrosa inclinación por cualquier charlatanería en boga.
Dicen que la tontería es innata, igual que los talentos. En consecuencia, para desarrollar la tontería también debemos trabajar y entrenarnos. Veamos el siguiente video de Marcela Cubillos (bajo su responsabilidad, aclaramos), que nos muestra el reverso de la tontería (o sea, la tontería de derecha frente a la cuestión étnica y cultural)
Visto este video, y asumiendo una lectura crítica desde izquierda, algunas preguntas que se hace la gente en las redes:
- ¿Puede el Covid-19 contagiar con “perspectiva de género”?
- ¿El virus ha de ajustarse a consideraciones culturales o somos los seres humanos, independientes de nuestra edad, condición y etnia, los que debemos adecuarnos a su existencia y tomar las medidas necesarias?
- ¿Alguien creerá que el contagio viral y la muerte es sólo una cuestión pertinente a los occidentales?
En razón de las respuestas que seguro vosotros ya se dieron en silencio, acá viene la propuesta para el artículo 1: “Chile es una república democrática que promueve y desarrolla el conocimiento científico, al tiempo que sus instituciones han de combatir ideas carentes de toda evidencia por el bienestar de quienes habiten su territorio”.
Y ya que estamos en esa, otra propuesta, pero para el artículo 2: “Chile promueve la reflexión crítica y ha de adoptar todas las medidas para evitar que Michel Foucault y cualquier otro posmodernista chanta sea considerado una deidad”.
Consciente de la batahola que se armó, algunos convencionales salieron a aclarar su rechazo:
Al final, tenemos la firme esperanza de que estos argumentos contra el protocolo Covid-19 hayan sido muy mal explicados. Es urgente que los convencionales pulan sus habilidades comunicativas. Ya lo decían nuestras abuelitas: “Para hablar y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”.
La desfachatez de criticar a Cuba
Nuevamente personas con el mandato de redactar la Constitución Política cometen la locura de participar en actividades políticas. No hay remedio…
El caso es que no habían pasado ni 24 horas desde que el espantoso gobierno de Sebastián Piñera Echeñique diera a conocer una conmovedora declaración en favor de la disidencia cubana, cuando esa policía verde -esa que no deja ver, esa que torturaba cuando estaba Pinochet- detenía a familiares de los presos de la revuelta que se encadenaban a la puerta de la Catedral Metropolitana. Y de paso detenían a Alejandra Pérez y Manuel Woldarsky, dos convencionales de la Lista del Pueblo que acudieron a hacer el aguante en hora de almuerzo (como corresponde, obvio).
No hubo barricadas. No hubo destrozos. No hubo interrupción del tránsito. No hubo molotovs ni piedrazos. ¿Por qué se les detuvo? Respuesta obvia: porque en Chile se reprimen las ideas cuando éstas se manifiestan en el espacio público, incluso cuando son pacíficas.
La sesión programada para la tarde debió ser pospuesta, lo que motivó más quejas del soporífero Arturo “Cloroformo” Zúñiga, quien dijo quzzzzzzzzzzzz…. zzzzzzzzzz… zzzzzzzzzzzzzz…
Bueno, ahí nos perdimos. Zúñiga es como el Triángulo de las Bermudas: apaga todos los aparatos electrónicos. Todo comienza a fallar: las luces, las pantallas, los teléfonos, las grabadoras... Todo.
Propuesta para el artículo número 3: “Chile es un estado solidario de derechos que garantiza prestaciones de salud. Las personas con trastornos del sueño, como el insomnio, tendrán acceso a terapias que incluyan charlas con Arturo Zuñiga”.
Es verdad: nos quedamos dormidos en los jardines del ex Congreso Nacional, pero al despertar -de puro frío que hacía- vimos salir al vicepresidente de la mesa directiva, Jaime Bassa, caminando raudo hacia la Tercera Comisaría de Carabineros, desde donde fueron liberados los convencionales en horas de la tarde.
Convención crea nuevas comisiones
Cuando se reanudó la sesión, los convencionales aprobaron por unanimidad otras comisiones:
Derechos Humanos
Comunicación, Información y Transparencia
Participación Ciudadana
Participación y Consulta con Pueblos Indígenas
Descentralización
Participación Plurinacional y Educación
Todas tuvieron alto respaldo (en algunos casos, unánime) menos esta última, calificada de “redundante” por los convencionales de Vamos por Chile (o Chile Vamos, o de derecha). A ellas se suman las de “Presupuesto”, “Ética” y “Reglamento”.
Fueron rechazadas (y esto porque podían ser perfectamente absorbidas por otras comisiones) las de “Participación Social y Territorial”, “Protección Constitucional de las Personas”, “Planificación”, “Buen Vivir con el Conocimiento del Mapudungún y Respeto a la Tierra y a los Niños”, “Derechos Lingüísticos” y “Víctimas de Violencia de Macrozona Sur y de la Revuelta del 18 de octubre”.
Estamos a la espera de que se proponga la comisión “Censura y silenciamiento de Arturo Zúñiga”. Dijeron que se discutirá este viernes, pero después nos dimos cuenta de que este viernes es feriado, así que tememos (y lamentamos) que ya no va a poder ser.
Listo. Sería todo.