Día 111: Derecho a la salud es puesto en el centro durante jornada de cierre de discursos
Alejandra Pérez realiza la más disruptiva intervención al salir a hablar a torso desnudo exhibiendo las secuelas que le dejó el cáncer de mama. Surgen voces que se oponen a sesionar en la U. de Conce.
Considerando el tenor de los discursos de apertura que nos brindaron los convencionales de derecha (quejicas, llorones, amargos), qué bueno que hayamos terminado esta etapa reservada para que los convencionales nos dieran cuenta de sus anhelos, proyecciones y perspectivas respecto de la fase que se abre de ahora en más, que no es otra que la discusión y votación de las normas constitucionales.
Es cierto: los convencionales de derecha son una minoría irrelevante, y la derecha cavernaria lo es aún más. Sin embargo, esa ponzoña que derraman frente al micrófono es tanta que al final son suficientes para echar a perderlo todo.
Y vaya qué jornada tuvimos este viernes. El discurso más comentado fue el de Alejandra Pérez, de Pueblo Constituyente, quien, con el torso desnudo, mostrando las cicatrices que le dejaron las mastectomías, hizo referencia a la necesidad de lograr un país donde la salud no sea un privilegio de pocos ni motivo de derrumbe personal ni familiar, en especial para aquellos que deben hacer frente a un cáncer o a cualquier otra enfermedad grave y costosa.
Natalia Henríquez, médica y convencional por Pueblo Constituyente, sumó su voz al derecho a la salud, dándole un palo a Arturo “Pulmones Vírgenes” Zúñiga, quien será investigado por la Fiscalía (al igual que Piñera, Jaime Mañalich y Enrique Paris) por unos enjuagues raros con las residencias sanitarias de Viña del Mar. Fue precisamente su paupérrima gestión como subsecretario de Redes Asistenciales.
Las feministas también protagonizaron la jornada. Fue el caso de Bárbara Sepúlveda, quien prefirió hablarle sólo a las mujeres:
Un Chile feminista, claro que sí; ¿y ecologista? Pues también. En definitiva, un país distinto al que conocemos hoy en día: uno donde la competencia se impone a la colaboración, donde la depredación se impone al cuidado. Ojalá que, con esta nueva Constitución, Chile sea un país de hermanos, señaló el también abogado experto en derechos humanos, Roberto Celedón.
Particularmente interesante fue la intervención de Alvin Saldaña, quien hizo alusión a los ecocidios masivos propiciados por tratados de libre comercio espurios y funcionales de la codicia desmedida de unos pocos.
Lo que viene es esperable: llanto y quejas
La derecha ocupó su tiempo en plañidos y letanías. Constanza Hube (UDI), por ejemplo, mencionó lo que ocurre en La Araucanía, donde la violencia “terrorista”, según ella, no da tregua. Recordó que el proceso constituyente se inició a partir del “Acuerdo por la Paz y la Nueva Constitución”, lo que no ha ocurrido, señaló, ya que “lamentablemente, la parte de la paz no ha existido en estos dos últimos años ni en Chile ni en esta Convención Constitucional”. Además dijo que algunos “pretenden reescribirla (la historia de Chile) desde el resentimiento, la reivindicación y la revancha”. Carepalo.
Eduardo Cretton, también de la UDI, se despachó un discurso donde refirió a Chile como un país dividido, polarizado, uno donde prevalece el odio entre hermanos. Incluso dijo que el desenlace de esta Convención será trágico por su ánimo refundacional. Habló de reconciliación, de acuerdos, el mérito y el esfuerzo, y bla, bla, bla… la lata de siempre. Incluso siguió chamullando con eso de que se planea enterrar los símbolos patrios.
Ya. La próxima semana la Convención se va a Concepción. Hay convencionales de Pueblo Constituyente, Movimientos Sociales y de lo que queda de la Lista del Pueblo que piden no realizar las sesiones en la Universidad de Concepción, ya que esta casa de estudios intervino como querellante contra presos de la revuelta acusados de ocasionar daños en su infraestructura.
Con esto nos despedimos hasta el lunes. ¡Buen fin de semana!