Día 110: Derecha denuncia una "Convención Tramposa" y da inicio a su campaña por el Rechazo
La derecha se empecina en su discurso aislacionista pletórico de amargura y cada vez hace más explícita su inclinación por el rechazo de salida. Todas las comisiones cuentan ya con "coordinadores".
Parafraseó a Manuel Rodríguez tras el Desastre de Cancha Rayada, cuando el prócer llamó a la calma gritando, voz en cuello: “¡Aún hay patria, ciudadanos!”. Lo curioso es que no hablamos de alguien de izquierda, sino que de Katerine Monteamargo… perdón, Katerine Montealegre, de la UDI, quien hablaba de cómo en Chile cundía el pesimismo y la desesperanza, la violencia, falta de ideales y de amor por Chile, de la falta de libzzzzzzzzzzzzz
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Muchos prefirieron dormirse una siesta con lo que nos decía la Kate, cuyo discurso bien pudo resumirse en una acusación: “La Convención es tramposa”. Tramposa, pues para la derecha todo cuanto no le beneficia entraña una trampa. Y como el tramposo ve a todos de su condición, entonces deslegitima el trabajo del órgano sólo porque el resultado que emana de él no es de su agrado.
Están tan desmoralizados los pobres, que incluso sacaron un video ramplón y de pésima calidad en la que dejan patentes sus anhelos respecto a lo que debe ser la nueva Constitución. Lo de siempre: bonitas palabras, buenos deseos, invocaciones a la libertad, etc., para terminar luego pidiendo lo que en realidad les desvela: el negocio privado a partir de las necesidades de las personas, como la salud privada, la educación privada, y así…
Incluso abren el paraguas y, sabedores de que se les viene la noche, se les alcanza a salir un “rechazo” a un texto que no cumpla con sus expectativas. Aquí les dejamos este mamarracho (usted puede verlo bajo su absoluta responsabilidad). Por cierto: cinco de estos pelafustanes ya se entregaron a José Kast. Se trata de Harry Jürgensen (RN), Martín Arrau (UDI), Ruth Hurtado, Cecilia Ubilla, Pollyana Rivera y Rocío Cantuarias.
Martín Arrau, otro que tiene derechos de aguas al igual que Harry Jurgensen, hizo un paralelo entre el trabajo de la Convención y la agricultura. Él, que jamás en su vida agarró una pala y un arado.
La otra cara de la moneda
La jornada tiene un reverso, mucho más luminoso, esperanzador, menos odioso y tétrico. Los buenos discursos corrieron por cuenta de las mujeres: una artista como Malucha Pinto, del Frente Amplio, quien refería a ese intento vano de la derecha cavernaria por defender su amado orden oligárquico.
Estuvo también la joven comunista Valentina Miranda, quien refirió a su origen humilde, a la manera en que la marginalidad social forjó en ella el carácter e impulsó su espíritu de lucha social. Esa misma marginalidad social que, en contraste, dejó a tantos de sus vecinos y vecinas sin futuro, sin aliento, sin otro horizonte que el narcotráfico, la delincuencia, la cárcel. Recordó a Gladys Marín, citó a Pedro Lemebel, habló de su interseccionalidad, condición que comparte con tantas otras y otros que quedaron debajo de la mesa en 40 años de locura neoliberal.
Y Tiare Aguilera, del pueblo Rapa Nui, quien rememoró las penurias sufridas por su pueblo de navegantes, ese que fue esclavizado por Perú en el siglo XIX al punto de dejarlo al borde la extinción. Y claro; también recordó la palabra incumplida del Estado de Chile. Una palabra empeñada que ahora deberá cumplir sí o sí. Ya no hay más oportunidades para recomponer la maltrecha relación del Estado de Chile y los pueblos originarios que habitan su territorio. "Una sola canoa muchos pueblos remando con una sola voz... Con la esperanza de desembarcar en una isla que nos acoja a todas y todos", dijo al cerrar su discurso.
Ya. Las comisiones se pusieron a trabajar. La “Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico” tiene a Camila Zárate (Pueblo Constituyente) y Juan José Martín (independiente no neutral) como coordinadores. Asimismo, las coordinaciones de la Comisión de “Principios Constitucionales” recayeron en Ericka Portilla (Apruebo Dignidad) y Beatriz Sánchez (Frente Amplio).
Sería todo por hoy. ¡Hasta mañana!